– Infórmate Venezuela –
El nuevo gobierno que salga el 28 de julio tiene que revisar exhaustivamente las relaciones de Venezuela con Cuba, China, Rusia, Irán y de otros países con regímenes autoritarios, expresa el politólogo y docente universitario Santiago Andrés Rodríguez, especialista en política latinoamericana.
Al ser entrevistado por El Impulso dice que contrario a lo que ha ocurrido en el curso de los ultimos 25 años, ya que tanto Hugo Chávez como Nicolás Maduro, estrecharon vínculos con los países caracterizados por ser enemigos de los Estados Unidos, no debe prevalecer el tinte ideológico.
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En la diplomacia moderna se impone la búsqueda de oportunidades en negocios, atraer inversiones y, al mismo tiempo, volver a relacionarnos con los países de nuestro hemisferio.
Aunque Nicolás Maduro debe saber estas cosas porque fue canciller, la ventaja de la escogencia del doctor Edmundo González Urrutia es que es un profesional de la diplomacia con experiencia, capacidad y prudencia.
Volver al hemisferio
¿Cómo sería el viraje de la política internacional con un gobierno distinto al que hemos tenido y el cual se vinculó estrechamente con Cuba, China, Rusia e Irán, así como con otros países de gobiernos totalitarios?
Ese viraje sería con un eventual triunfo del doctor Edmundo González Urrutia, candidato de la Unidad opositora. Evidentemente, sería un gran viraje, un cambio axial por decirlo de alguna manera en el enfoque de la política internacional. Y no hay duda que sería una gran ventaja que la presidencia de la República quede en manos del candidato de la Unidad opositora porque tiene experiencia, prudencia y capacidad de diálogo. Se requieren esas condiciones porque vivimos en un mundo caótico, desinstitucionalizado, reaccionario al cual no le importa revertir los principios diplomáticos de las democracias liberales.
Ese mundo caótico constituye una situación favorable a los gobiernos claramente declarados enemigos de la libertad democrática y es así como vemos la aceleración de lo que se conoce como la transnacionalización de las autocracias electorales.
Este mundo desinstitucionalizado y reaccionario favorece siempre a lo que el escritor e internacionalista Moisés Naim llama gobiernos de las tres “pes”, populista, polarizarte y post verdad: es decir, que no consideran los derechos de los ciudadanos, son determinantes en la fidelidad ideológica al punto de dejar muy bien asentado que si no eres afecto al gobierno entonces eres su enemigo, y la verdad no es el objetivo de la gestión gubernamental.
Sería muy positiva una política internacional encausada en la convivencia sana, porque en los últimos veinticinco años Venezuela se distanció de los paradigmas que orientaron la democracia desde el llamado Pacto de Punto Fijo.
En este sentido Venezuela, desde 1958, se caracterizó por tener una diplomacia coherente, sin estridencias de micrófonos y sin improvisaciones. El diplomático era un profesional de carrera y por esa misma cualidad no era un funcionario de partido, ya que cuando los funcionarios diplomáticos son afiliados a un partido responden, generalmente por obligación, a los intereses ideológicos.
En ese entonces, Venezuela era un país que desarrollaba estrategias a favor del equilibrio internacional, la convivencia de las naciones y la defensa de la libertad y la democracia.
Pero, desde hace un cuarto de siglo se pasó a unas estrategias internacionales con marcadisimo perfil ideológico, que nada tiene que ver con la consolidación de la integración hemisférica. Dentro de la nueva política internacional, pienso que hay que recomponer las relaciones con países claves en el hemisferio, en especial los Estados Unidos de Norteamérica, que ha sido históricamente el socio comercial y político fundamental; y, por supuesto, también con Colombia con quien compartimos una frontera de 2.219 kilómetros, y Brasil con el que tenemos una frontera de 2.199 kilómetros.
¿Y Guyana, que es el tercer vecino más cercano?
Con Guyana tenemos una frontera de 743 kilómetros, pero de ese país hablaremos luego porque volviendo a la pregunta que me has hecho, lo primero que debe hacer la política internacional es la desideologización de los mecanismos de integración con Nicolás Maduro ha prevalecido la ideología.
En el nuevo gobierno hay que recomponer el principio de no injerencia en los asuntos internacionales con otros países, acota. Es importante tocar ese punto porque en los últimos veinticinco años hemos visto que en vez de cooperación con otros países lo que se ha producido es una injerencia.
Ahora vamos a pensar que las circunstancias sean adversas a la oposición y Nicolás Maduro se mantenga en el poder. De ser así, tomando en cuenta lo que estamos hablando, tiene que revalorizar su geopolítica y debe hacerlo debido al estancamiento económico que vive el país. Está obligado a ser pragmático con el tema de las relaciones internacionales. Hay que hacer un esfuerzo para que el país nuevamente vuelva a ser un abastecedor confiable de petróleo, ya que éste ha sido en más de cien años el primer rubro de exportación, en el subsuelo hay abundantes reservas y porque no obstante los grandes ingresos percibidos por su venta, ha sido imposible diversificar la economía nacional a pesar de que se ha hablado de una serie de motores económicos que nunca lograron arrancar. Y hay que ver a los Estados Unidos con un criterio transaccional desde el punto de vista político, no ideológico. Además, Maduro fue canciller y sabe perfectamente que los países no tienen amigos, sino intereses económicos. En Venezuela no pueden ser las relaciones políticas ideológicas, porque éstas no han aportado, ni aportarán nada a mejorar la situación de los venezolanos.
El nudo con Cuba
¿Sería posible desvincularse de Cuba cuando el propio Hugo Chávez proclamó en 2005, en visita que hizo a ese país, que Venezuela y la isla eran una sola nación y todavía resuena en los oídos la confesión hecha por, el presidente Nicolás Maduro, a través de una cadena radiotelevisiva oficial, que el embajador de Cuba participa en su gabinete y tiene puertas abiertas en todos los ministerios, además que hay asesores cubanos en todas las dependencias oficiales, incluyendo el ministerio de la Defensa?
A eso me he referido cuando hablé de la necesidad que hay de desideologización de las relaciones internacionales. Todos esos acuerdos, convenios y tratados que tiene Venezuela hay que revisarlos en forma exhaustiva, porque Venezuela debe incorporarse a la diplomacia moderna, en la cual prevalece la búsqueda de oportunidades de negocios y de nuevos mercados. No puede ser que Venezuela tenga relaciones cuando los convenios a los que ha llegado se convierten en un lastre para nuestro país. La diplomacia, repito, tiene que estar al servicio de la búsqueda de oportunidades y no al servicio de la dialéctica ideológica. como es lo que ha imperado en el caso de Cuba, a lo cual se refiere su pregunta. Una vez que el país se incorpore a la diplomacia moderna, se presenta un nuevo panorama, en el cual hay que rescatar la confianza para atraer inversionistas extranjeros, promover convenios con asistencia y cooperación técnica y financiera para desarrollar distintas áreas en lo interno del país, las cuales se encuentran en grave estado de deterioro, comenzando por la salud y la educación. Hay que establecer alianzas con países que puedan aportar asistencia y cooperación, así como auxilios financieros con el fin de recuperar sectores depauperados. Tiene que haber una estrategia en la política del Estado venezolano para impulsar las actividades que pueden sacar a la nación de su postración. Venezuela no está para soportar enormes cargas colocadas al servicio de ideologías.
Dólares o yuanes
¿Qué pasará en las relaciones con China, potencia a la cual Venezuela le debe la mayor parte de los 175 mil millones de dólares que extraoficialmente es el monto que ha recibido en créditos y está pagando casi 4 mil millones de dólares (no yuanes) al año por concepto de intereses, aparte de que sus compromisos petroleros son por largos años?
Con China se hicieron convenios que valían la pena, pero se le dieron mal uso y, en consecuencia, se presentaron graves casos de corrupción en obras de infraestructura, en el cual se incluía un ferrocarril. Desde el 2007 comenzó a llegar dinero de China y se firmaron convenios con empresas importantes como China National Petroleum Company, China Petroleum and Chemical Company y el Grupo Sino York. Se informó de distintos planes, entre los cuales aparecía la construcción de refinerías. Y hubo un fondo chino venezolano que resultó un fracaso para Venezuela. No cumplió Pdvsa con sus compromisos porque, como todos sabemos, la industria petrolera se vino abajo. Y entre los acuerdos que fueron suscritos todavía hay un gran secreto. Todo eso tiene que ser revisado, sobre todo porque la deuda contraída por Venezuela con China es inmensa y, lamentablemente, no se sabe, como pasa con muchas cosas, porque hay un gran hermetismo en todo lo concerniente a los aspectos económicos de nuestro país.
Se impone la prudencia
¿Será posible desprenderse de Rusia, que le ha vendido aviones, poderosas armas de fuego y equipos de guerra a Venezuela e incluso Maduro ha mostrado su solidaridad a Vladimir Putin en la intervención que hizo a Ucrania?
Es un grave error que nosotros asumamos políticas beligerantes y alinearnos con enemigos de los Estados Unidos, nada más para que prevalezca el interés común del antiimperialismo. Ahorita todos estos conflictos, Rusia-Ucrania, Gaza-Israel, para citar los más sobresalientes, son peligrosos y complejos. El politólogo Samuel Huntington al término de la “guerra fría”, expuso su teoría del choque de las civilizaciones, según la cual las confrontaciones tradicionales, que eran interestatales y por razones ideológicas, iban a dar paso a conflictos marcados por la diversidad cultural y política en el siglo 21 y eso es lo que ha venido pasando en distintas partes del mundo. Nosotros no tenemos nada en común con el fundamentalismo religioso, ni con la cultura y las tradiciones de esos países. Hay que ser muy prudentes. La diplomacia se caracteriza por la prudencia. En caso que el doctor Edmundo González Urrutia alcance la presidencia habría una gran ventaja para el país porque se trata de un profesional de la diplomacia que ha demostrado ser muy prudente, lo cual es fundamental para restablecer la confianza en Venezuela y abrirse a las inversiones.
La salida del petróleo
¿Cómo romper los lazos con el régimen teocrático de Irán, al cual el gobierno le ha suscrito más de un centenar de convenios e incluso le ha ofrecido un millón de hectáreas agrícolas a los iraníes para que vengan a Venezuela?
Insisto en que es necesario y urgente hacer una revisión de las relaciones internacionales. Yo he llegado a pensar que de alguna forma tiene que ver en estrechar esas relaciones el abogado Tareck El Aissami, factor de mucha importancia en el gobierno y con buena receptividad en el mundo islámico, porque Venezuela se involucró mucho con países fuera de nuestro hemisferio cuando surgieron los problemas de las sanciones económicas, y acudió a Irán y Siria, para que los gobiernos de éstos países colocaran el petróleo, aunque perdiendo mucho dinero por los grandes descuentos que se les daba. Cuando el gobierno se sintió debilitado por el apoyo que había recibido Juan Guaidó del entonces presidente Donald Trump, se apalancan y se sostienen con aquellos regímenes, no sólo vendiendo crudo sino recibiendo gasolina. Claro está, primaron los intereses antiimperialistas y recordando que el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Aquí, en esos momentos, es bueno recordar aquel viejo refrán: de que en pelea de burros no se meten los pollinos.
Grupos irregulares
¿No existe el temor de que grupos armados que están y operan en Venezuela puedan desplegar una ola de violencia, sin que sean repelidos por los militares, quienes han tolerado su presencia en la frontera y en el interior del país, ya que a raíz de los acuerdos de paz en La Habana entre el gobierno del vecino país y los guerrilleros, algunos de éstos que no aceptaron el desarme pudieron venirse a operar en nuestro país, como lo denunciara el doctor Javier Tarazona, quien determinó que en quince estados se encuentran esos individuos peligrosos?
A mi me da la impresión de que el poder en Venezuela está fraccionado y lo que me acaba de preguntar forma parte de ese fraccionamiento. Por ello en Estados como el nuestro son difíciles los procesos de transición porque hay muchos intereses en juego. Pareciera que el Estado estuviera parcelado por distintos factores. Una situación como esa complica las transiciones y, por supuesto, hace que haya mucha incertidumbre a la hora de un cambio político ante la posición que vayan a asumir todos estos grupos que, de una u otra forma, se vienen apoderando del territorio venezolano.
Descontrol en el arco minero
Hay un problema también dentro del territorio venezolano que es grave porque se están extrayendo minerales sin control alguno y en esa actividad hay elementos que hacen lo que quiere. ¿Qué podría pasar en el arco minero, en cuya área de más de 111 mil kilómetros (algo así como siete veces la superficie del estado Lara) operan grupos de individuos de varios países?
Lo que pasa es que este gobierno ha perdido cimientos, no sólo desde el punto de vista popular, sino de apoyo internacional. En los apoyos que ha buscado ha repartido concesiones- Ha sido una política transaccional de intereses. Se aplica aquello de ·una política de dejar hacer y de dejar pasar. Aquí se han involucrado grupos e individuos que nunca habían participado en la política venezolana. El asunto es bastante complejo y tiene que haber mucha inteligencia para trazar estrategias para resolverlo.
Largas fronteras
¿Cree que existe capacidad para poner orden en las fronteras venezolanas, las cuales han sido descuidadas a lo largo de 25 años y, por lo tanto, no sólo hay ingreso de contrabando y drogas, sino como le decía antes de delincuentes armados que han tenido facilidades para hacer lo que han querido?
Venezuela tiene 5.161 kilómetros de fronteras entre terrestres y marítimas, lo que supone que es muy difícil contar con funcionarios y equipos para ejercer un control total. Pero aparte de ese aspecto, una cosa muy lamentable es cuando se pierde la continuidad de la política en las zonas fronterizas. Vuelvo a repetir que del 1.958 hasta cuarenta años después había políticas coherentes. No sólo se han cometido errores diplomáticos sino también en lo que respecta a la política internacional de fronteras. Y nuevamente surge el planteamiento de las revisiones porque lo más importante es que las instituciones funcionen a cabalidad, sometidas a las leyes y a la Constitución, no a personas.
Olla caliente
¿Cuál sería la política frente a Guyana, después de que el gobierno propusiera la creación de un estado sobre el Esequibo y todavía no se sabe qué decidirá la Corte Internacional de Justicia tras los alegatos presentados por Venezuela?
Eso está claro. Lo más indicado es que las conversaciones se hagan como lo establece el acuerdo de Ginebra y se logre una solución satisfactoria. La diatriba, que ha sido utilizada inútilmente, no es conveniente porque el problema se ha convertido en una olla de presión que pudiera estallar a causa del fuego. Se trata de un territorio importante sobre el cual debe haber una buena diplomacia para buscar y lograr una solución idónea.
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