El número cuatro del mundo, el alemán Alexander Zverev, superó un problema de rodilla y un desempate maratónico para vencer a Cameron Norrie en sets seguidos por 6-4 y 7-5 (15) el sábado para avanzar a la cuarta ronda de Wimbledon.
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Norrie fue el último británico que quedó con vida en el torneo. Pero al final vendió cara su derrota, porque además del largo desempate, obligó a Zverev a jugar seis puntos de partido.
Había necesitado tratamiento varias veces en su rodilla izquierda tras una caída en el segundo set. También me sorprendió un poco ver al entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, una de las figuras más importantes del deporte, en el palco real. Zverev es un gran seguidor del Bayern de Múnich, el club alemán que entrenó Guardiola entre 2013 y 2016.
«Cuando vi a Pep estuve muy nervioso durante varios partidos», dijo Zverev al público tras la victoria, antes de lanzar un llamamiento personal a Guardiola. “El Bayern de Múnich necesita un entrenador, hombre. Y si estás cansado del fútbol, puedes entrenarme en la cancha de tenis cuando quieras».
AP
