En la ciudad de Mara, así como en la capital Zulia, la alegría es el foco común de los combatientes y seguidores del presidente Nicolás Maduro, esperados desde tempranas horas en las calles y avenidas de San Rafael de El Moján y Maracaibo.
Tras llegar a la ciudad, cuna de pueblos primitivos, el mandatario se reunió con las etnias indígenas Wayuu y Añu junto con la primera guerrera Cilia Flores.
Banderas y consignas contra las sanciones imperialistas estadounidenses representan grupos de amigos, luchadores, grupos de apoyo, trabajadores informales, trabajadores del petróleo y la energía, pescadores y otras amas de casa que se reunían, algunos en la plaza Bolívar de El Moján; otros, en el centro de la capital Zulia, cerca de la Basílica, como máximo, en las inmediaciones del Instituto Niños Cantores del Zulia, en la Zona de Urbanización La Paz de esta ciudad.
Lo más destacado es el espíritu alegre, festivo, lleno de confianza ante la inminente llegada del presidente Nicolás Maduro, quien, como una persona más, se espera con su río de humanidad, en la calle de la parroquia Raúl Leoni, en Maracaibo.
El Teatro Infantil del Zulia es parte esencial de la comunidad que lo rodea y brilla, está esperando que las buenas nuevas se sientan en el vaivén de la masa de gente que no tiene más rincones, calles o avenidas que blindar. Desde lejos se podían escuchar vítores de alegría porque el presidente había regresado felizmente a la ciudad de Udon.