Por primera vez en su historia de participación en un Mundial de Atletismo, Yulimar Rojas vivió el drama de estar muy cerca de quedar eliminada y fuera del podio.
Su cuarto título consecutivo al aire libre en Budapest lo consiguió con una excesiva dosis de dramatismo y una garra de bestia herida que le permitió luchar hasta el último salto para lograr un vuelo de 15,08 metros que confirmó su dominio absoluto en el triple salto.
Una tendinitis que la aqueja en los últimos días impidió a la ganadora del oro olímpico y plusmarquista de los tres saltos poder ofrecer su mejor versión en Hungría.
Comenzó su actuación con un brío feroz, realizando una poderosa carrera y un vuelo que arriesgó otro récord mundial. Sólo que el salto fue nulo por superar la tabla de salida.
Ahí comenzó la agonía de Yulimar, pues sus rivales por el podio le presionaron mucho. La ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk realizó su mejor salto de la temporada con apenas 15 metros, la cubana Leyanis Pérez respondió con 14.96 y la jamaicana Shanieka Ricketts también marcó su mejor marca del año con 14.93.
Yulimar apenas entró en la ronda de los últimos tres saltos de mejora al terminar octava mejor en los primeros tres intentos con dos vuelos de 14.33 y 14.26, muy por debajo de su jerarquía de campeona. Sin embargo, la agonía apenas había comenzado.
En la cuarta y quinta oportunidades, Yulimar volvió a fallar, mientras que la ucraniana cayó a 14,87 y la cubana se quedó en 14,90. Pero en el salto final, Yulimar tomó su categoría para volar a 15.08 que la adelantó y le aseguró el oro, mientras Pérez caía a 14.83 y la ucraniana, presa de los nervios, fallaba en su sexto intento.
Yulimar rompió en llanto y alegría por la anticipación. Se desplomó en la cancha, exhausta por el dolor, luego fue a abrazar a su entrenador cubano Iván Pedroso, a quien igualó con cuatro títulos mundiales al aire libre.
«Sabía que había saltado en las piernas»
Nunca en su carrera en triple salto Yulimar había sufrido tanto dolor como el que experimentó en Budapest, pues pasó de la eliminación a la gloria de conquistar su cuarto oro consecutivo con su vuelo de 15.08, que la consagró como la mejor. triple tirador de la historia.
«Ha sido una competición diferente, muy dura para mí, no físicamente, pero sí psicológicamente… Pero mi entrenador me ha preparado de todas las formas posibles para que la competición no acabe hasta el último salto», confirmó la reina absoluta de la salto triple.
«Sabía que había saltado en las piernas, que sólo tenía que concentrarme, intentar no dar un cero, mejorar la técnica, la carrera, pero ha salido», repitió la medallista olímpica y plusmarquista mundial.
Sobre el último vuelo donde superó todo para conseguir el título, señaló que se sentía “muy orgullosa de mi trabajo, porque sólo atletas diferentes, atletas especiales, que se sienten convencidos de bajar la competencia, pueden lograrlo. «Me siento halagado de poder darle este título a mi país y a todo mi pueblo».