En Mujeres que Dejan Huellas compartimos estas huellas en esta ocasión Yonelis Carolina Peraza Dejó su arduo camino como artesano pastelero, artista plástico y devoto con un gran compromiso social.
Nacido en Valencia el 25 de julio de 1979, desde muy joven se mudó a Carabobeno, Miranda y fue criado por él. Aprendió de sus abuelos, María Eugenia y José Félix, la receta de sus famosas conservas de coco y los valores del trabajo y la disciplina.el cual adquirió desde muy pequeño porque tuvo que trabajar con su abuela para sustentar el hogar cuando su abuelo falleció.
Viviendo con su abuela, se dedicó a la venta de conservas, que la anciana elaboraba durante más de veinte años, lo que le valió un nombramiento. Patrimonio cultural vivo del municipio de Miranda.
Yonelis reitera que sus abuelos ciertamente fueron su fuente de inspiración y aprendizaje, valores y virtudes; amor, respeto, creatividad, servicio a los demás como forma de vida, como recuerda que él siempre le decía: «Sé tratada como quieres que te traten».
Agrega que proviene de una familia de agricultores, artistas y artesanos, y cree firmemente que el arte no es sólo un lenguaje de creatividad y belleza, sino también una crítica, resistencia y sistematización de la tradición y la interacción humana. ambiente.
La importancia de la formación es dejar huellas de creatividad, humanidad, eficiencia e inteligencia
Ahora más que nunca, sus esfuerzos colectivos de educación y capacitación se centran en sus pares, dejando en ellos huellas creativas, humanas, emocionales, productivas e inteligentes a medida que avanza la tecnología.tendrá que competir con las creaciones de z. Este es un ejemplo de inteligencia artificial, que es un conjunto de capacidades cognitivas e intelectuales representadas por una combinación de sistemas informáticos o algoritmos; su objetivo es crear máquinas que imiten la inteligencia humana en la realización de tareas.
En cambio, la formación de Yonelis se centró en el servicio social a través de instituciones como INCES y CANTV, que eran escuelas de desarrollo profesional con miras a aprender a compartir conocimientos, porque como declaró Jesús: “Por falta de conocimientos perecerán las personas”. y en palabras de Simón Bolívar: «La moral y la luz son nuestras primeras necesidades». En consecuencia, todas las doctrinas que contienen estas palabras implican valores morales, fuertes, que se centran en la educación integral y socializadora y el empoderamiento como metas posibles a alcanzar.
Como docente, hizo todo lo posible por transmitir los conocimientos necesarios para que las sociedades vean, comprendan y analicen críticamente dónde están y hasta dónde quieren llegar, centrándose en sectores en condiciones de vulnerabilidad, que superar estos problemas requiere de más esfuerzo para lograrlo. . deficiencias en la educación y la crianza que conduzcan al logro de sus objetivos.
“Dale a alguien un pescado y comerá hoy, enséñale a pescar y comerá para siempre”…
No fue fácil para Yonelis manejar los frentes como madre y mujer trabajadora en constante preparación y estudio. Sin embargo, las mujeres han demostrado su capacidad para ayudar a la familia a salir adelante y crecer allí como madres, trabajadoras y líderes; De hecho, fue una de las tareas desarrolladas por Yonelis Orientar, acompañar y apoyar a las mujeres en su desarrollo humano, educativo y socioproductivo de manera orgánica.Teniendo en cuenta el proverbio oriental: “Si le das a alguien un pescado, lo comerá hoy, si le enseñas a pescar, lo comerá para siempre”.
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Yonelis se imagina a sí misma como mujer superó el estado de debilidad a través del entrenamiento constante y cree que Dios ha preservado su colaboración en la conquista de espacios para apoyar, acompañar y liderar los esfuerzos por mejorar la condición de las mujeres y sus familias, conducentes al bienestar de la sociedad.
«Bueno, el patriarcado quiso imponernos el silencio y la sensibilidad, pero como nacimos en el mejor país del planeta, hay leyes que protegen a las mujeres para que puedan alcanzar su pleno desarrollo como seres humanos».
Magali Zavala y Jose Ramon Rodríguez / Equipo de entrenamiento de Ciudad Valencia