Por primera vez, desde Richard Páez y César Farías en el banquillo, la Vinotinto no arranca una eliminatoria desde el fondo de la tabla.
También es la segunda vez en la historia que logran vencer a Paraguay en casa, esta vez por 1-0 en el Monumental de Maturín, con un planteamiento más depurado incorporando jugadores que le dieron un aspecto diferente al fútbol de la selección. .
La siempre cuestionable defensa del equipo volvió a mostrar por segunda vez una fuerza inusual. La pareja de centrales formada por Wilker Ángel y Yordan Osorio se mostró intransitable y controlada desde arriba por el equipo que más centros ha lanzado al área a lo largo de las dos jornadas de clasificación al Mundial.
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La actuación de Alexander González por la banda derecha fue superlativa. Si en la primera jornada aniquiló al peligroso Lucho Díaz, el cotizado delantero del Liverpool, en Maturín cortó a Ramón Sosa y preocupó con sus caprichos al rival Júnior Alonso, al que ganó varios mano a mano para presionar el ataque de la Vinotinto. Fue a partir de una de sus galopas y un centro suyo que llegó el primer gol injustamente anulado a Yangel Herrera.
El debate sobre el lateral izquierdo de la selección se zanjó con la actuación de Miguel Navarro, que jugó contra Miguel Almirón en su debut en la fase de clasificación. También brilló el portero Rafa Romo, que se colgó de los centros y realizó una gran parada en un venenoso tiro libre de Guaraní.
Venezuela mostró más ambición y controló el balón a través de la doble S de Yeferson Soteldo y Samuel Sosa, que desequilibró las bandas y le dio más fluidez al juego. El equipo también mostró carácter y fortaleza mental para recuperarse del revés provocado por la anulación del gol de Yangel Herrera.
No titubeó, siguió luchando con determinación hasta que otra mano le dio a Salo Rondón la oportunidad de sellar la victoria.