Pablo iba a pescar solo, le gustaba escalar rocas solo. La extraña luz en el mar no era para él más que una leyenda inventada por los pescadores para evitar que se apagara, aunque notó que esa noche el mar estaba completamente en calma.
«Lo extraño es que hay tanto silencio»., dijo tocando el agua del mar. Estacionó su auto en dirección a la Isla Los Monjes. Se aseguró de pescar algo temprano en la mañana. Ancla que cae.
Mantuvo la calma y miró el agua cuando notó un objeto azul a lo lejos. «¿Y ahora qué es esto?», dijo al ver el objeto cuando el mar se calmó considerablemente. Le parecía extraño que aquellas aguas, que siempre estaban revueltas, estuvieran así.
El objeto parecía estar suspendido a unos centímetros del agua cuando de repente empezó a soplar una fuerte brisa. El mar parecía agitarse, «Lo que faltaba ahora»-dijo al ver que el agua estaba a merced del viento.
«Ora marinero, ahora viene», dijo, tratando de mantener la calma mientras las aguas se agitaban por completo. Sin embargo, además de mantener tranquilo a Peñero, la brisa se volvió aún más peligrosa.
Una luz extraña en el mar
Pablo se aferró a una roca y estuvo en peligro de volcar en las aguas embravecidas mientras veía desaparecer el objeto. Sintió que el peyeiro se arremolinaba en un vórtice.
Cuando de repente esa brisa desapareció del suelo. «Es como si cortaran la brisa» Dijo mirando nuevamente el agua tranquila. Cuando el motor empieza a fallar.
Esa noche vio reaparecer el objeto luminoso en algunos lugares. Hasta que el motor vuelva a arrancar. Desde esa noche dejó de salir a pescar tan tarde en las aguas de Margarita.
Este objeto luminoso es uno de los avistamientos de los pescadores, pero al verlo destacan que el mar está agitado. Pero luego, de la nada, tiende a calmarse.
Leer más en Infórmate Venezuela
Ahora continúa leyendo más noticias en nuestro portal: