No hay hecho más ruidoso en los medios españoles que el beso de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso; El país entero tiembla ante la devoción relamerse del Presidente de la Real Federación Española. El hecho, indignante para algunos, simple y estúpido para otros, ha pospuesto y dejado en un segundo plano la victoria de las chicas en el Mundial femenino.
Todo este panorama parece exagerado, por supuesto, pero es una evidencia de cómo el deporte, y en este caso el fútbol, ha calado en el tejido social.
¿Quién no sabía del amor bidireccional del futbolista Gerard Piqué y la cantante Shakira? Cosas así, que parecen insignificantes, se convierten en noticias importantes por el giro que te dan las noticias.
Profundizar en los detalles, dar vida a las intimidades, todo esto se convierte en algo cotidiano y por tanto en parte de nuestras vidas, aunque realmente no lo sea…
Porque no sólo el deporte es un factor del hecho social, sino que ahora pone de relieve “estar atado o atado” con una figura de las canchas. En sí mismo, llegar de esta manera es una forma de entrar en la «jet-set» del mundo actual, de ser parte del encanto de los grandes nombres y de la buena vida de la figuración mediática.
Hace unos años, no muchos, recordamos que tal asociación era real y escandalosa. Todo empezó cuando Joe DiMaggio, que desafiaba su mundo y su lugar privilegiado en la sociedad, sacudió Nueva York por su liga con Marilyn Monroe (y locas cuentas de envidia no se desatarían por culpa de la rubia y deseada dama, vaya…). Y ahora siguió con David Beckham y Spice Girl, Tom Brady con Gisele Bundchen, Bob Abreu con Alicia Machado; quién sabe…
Los españoles Luis Rubiales y Jennifer Hermoso podrían mirarse en estos espejos. Nunca podrás saber las intenciones del hombre, sus sentimientos o su comportamiento, pero a partir de ese día tendrás mucho en qué pensar cada vez que tengas ganas de besar.
El fútbol también debe tener cuidado con las acciones posteriores al partido, con el cosmos, porque empieza a notarse una tendencia a utilizarlo como puente para disturbios fuera de contexto.
Con las mujeres en el campo ha aparecido un actor que no ha sido atendido por la tradición, por el mundo conocido; pero no habrá otra forma de verlas que como jugadoras con los mismos valores que los hombres, sin importar el género. Son futbolistas y con eso basta.
Te veo allí.
El largometraje Un beso, escándalo: ¿Y las intenciones? Fue publicado por primera vez en Líder en deportes.