La ola de violencia que azota a la provincia ecuatoriana de Esmeraldas afecta hoy al turismo allí, según directivos del sector.
De acuerdo con el representante de la Cámara de Turismo en esa localidad costera, Carlos Acosta, en la provincia hay una disminución del 70 por ciento en la afluencia a la mayoría de hoteles y playas de la zona.
Solo los hoteles que están en línea de playa reciben algo de gente, los demás estamos en cero, lamentó el funcionario en declaraciones al portal digital Primicias.
Sin embargo, Acosta precisó que la crisis ya lleva varios años, pues la reducción en la llegada de turistas empezó en 2016, cuando los viajes desde la Sierra decrecieron por las consecuencias del terremoto que golpeó a Esmeraldas y Manabí.
Los niveles normales se empezaron a recuperar en 2018 y 2019, pero en 2020 llegó la pandemia de la Covid-19 y obligó a cerca de un año de confinamiento y distanciamiento social, lo que llevó nuevamente a cero la producción turística de la provincia, dijo Acosta.
El funcionario recalcó que la normalidad no ha retornado por los niveles de delincuencia y criminalidad que están asociados a la presencia de bandas narcodelictivas, sobre todo en la ciudad de Esmeraldas y en la zona fronteriza con Colombia.
Otra vez bajamos drásticamente cerrando varios hoteles, restaurantes, operadoras. Se profundizó la crisis por falta de ingresos, crecieron las deudas con la banca y hubo más despidos de empleados, precisó.
Los recientes estados de excepción decretados por el presidente Guillermo Lasso no frenan los actos delictivos y crecen las preocupaciones sobre cuánto esa situación puede incidir en el escenario electoral, pues la cita en las urnas está marcada para el 20 de agosto, en menos de un mes.
La nación sudamericana concluye hoy una semana de terror, marcada por la violencia en cárceles y calles, así como un escándalo sobre un supuesto pacto del gobierno del Lasso con bandas narcodelictivas, algo que el mandatario niega.