Justin Trudeau, pese a dimitir como primer ministro, aseguró este martes que Canadá nunca se unirá a Estados Unidos pese a las repetidas sugerencias de Donald Trump de que el país se convertirá en su estado número 51.
«No existe la más mínima posibilidad de que Canadá pase a formar parte de Estados Unidos», escribió el primer ministro canadiense en las redes sociales. «Los trabajadores y las comunidades de nuestros dos países se benefician de ser los mayores socios comerciales y de seguridad de cada uno», añadió el político en su publicación.
Sin embargo, Trump volvió a insistir ese mismo día en los beneficios que traería la unión de Canadá con Estados Unidos: «Si eliminamos la línea trazada artificialmente y analizamos cómo luce, también mejorará enormemente la seguridad nacional. Se nos olvida: en el fondo, estamos protegiendo a Canadá”, dijo. En este contexto, el presidente electo de Estados Unidos reconoció que no descarta el uso de la «fuerza económica» para absorber a su país vecino. «Canadá y Estados Unidos. Eso sería algo», repitió.
Más temprano, tras conocer la renuncia de Trudeau, Trump aseguró que «a mucha gente en Canadá le encanta ser el estado número 51». «Estados Unidos ya no puede sufrir el enorme déficit comercial y las subvenciones que Canadá necesita para mantenerse a flote. Justin Trudeau lo sabía y dimitió», afirmó Trump este lunes en un comunicado aparte, en tono de broma contra el político canadiense, con el que tenía diferencias en cuestiones arancelarias.
En este sentido, Trump proyectó que si los dos países se fusionaran, no habría aranceles y los impuestos se reducirían mucho. Cuando Trump fue reelegido en las elecciones presidenciales de noviembre, amenazó con imponer aranceles del 25% a los productos canadienses, lo que generó temores en Ottawa por su estabilidad económica. Lejos de calmar las aguas, el líder republicano se ha burlado en varias ocasiones de la autoridad de su vecino del norte.