Se espera que cerca de 30.000 personas participen el próximo 15 de agosto en la peregrinación que conmemora el 424 aniversario de la milagrosa renovación de la Virgen de la Consolación de Táriba, una actividad llena de fe y oración para pedirle a la Virgen que proteja, en todo momento, con el manto de protección de los pueblos de Táchira y Venezuela.
Los municipios de Cárdenas (Táriba) y Táhira celebran el día de Nuestra Señora de la Consolación de Táriba, la madre protectora; un espacio donde hombres y mujeres se toman un tiempo para agradecer a la imagen de la Virgen por los favores recibidos, pero sobre todo por permanecer humanos a través de la fe.
En esta ocasión, «se estima que cerca de 30.000 feligreses participarán en la procesión central del 15 de agosto. Este número puede ser mayor porque el calendario tiene una serie de actividades religiosas», dijo Marta Gallo, alcaldesa de la ciudad.
La Virgen de la Consolación regaló innumerables milagros y diversas formas de acción de gracias fueron expresadas por personas caminando, descalzas, arrodilladas, en grupos o en bicicletas para dar gracias a la madre de Jesucristo, el Hijo Dios es Padre Bueno.
El diácono Jesús Reyes explicó que para esta ocasión han preparado varias actividades antes del 15 de agosto. “Se ha cumplido un trabajo para todos”, dijo. Hoy 10 de agosto se realiza un encuentro de oración juvenil, organizado por la parroquia con grupos apostólicos, encabezados por el padre Pedro Fortoul, que acoge a jóvenes de todas las parroquias del estado.
“La vigilia consta de tres tiempos. A las 18:45 horas se realizará un evento cultural que incluye cantos a la Virgen María, alrededor de las 20:00 horas se realizará el atrio que será un rezo del rosario en vivo. organizado por la pastoral de la basílica, rodeando la plaza. Una vez finalizado el rosario se realizará la adoración eucarística y ahí termina la jornada”, explicó Reyes.
Mañana domingo 11 de agosto, a las 11 horas, Monseñor Mario Moronta, obispo de la Diócesis de San Cristóbal, presidirá la Misa con bendición para los niños y las mujeres embarazadas. Sobre las 14 horas comenzará la procesión de la imagen de la Virgen por las calles de Táriba, incluyendo las parroquias de Santa Eduviges y Dos Bosco.
El 15 de agosto, a partir de la 1 de la madrugada, ese día comienza la celebración de la Eucaristía. Luego, a partir de las 3:00 horas, partirán con la estatua original de la Virgen de la Consolación desde la basílica hacia la Catedral de San Cristóbal; A las 5 de la mañana se celebra misa y luego la procesión se dirige a la Avenida 1 de Táriba para celebrar la misa pontificia y luego de allí, al finalizar, la procesión se dirige nuevamente a la basílica, donde continuará la misa cada hora.
Esté seguro y preste atención.
Día del centro. El jueves 15 se puso en marcha un operativo de seguridad y apoyo que incluyó 10 puntos de atención médica y 14 puntos de agua.
220 agentes de Protección Civil protegerán activamente a los participantes.
Se abrirán al tráfico más de 35 rutas, incluidos los ejes 1, 5, 7 y vías interiores. La peregrinación principal, desde la catedral de San Cristóbal hasta la basílica menor de Táriba, tendrá un recorrido de 6 puntos y 7 kilómetros.
historia
La historia comienza con los primeros misioneros de Tahira, los padres agustinos, que iniciaron su labor hace más de 400 años.
El diácono Jesús Reyes dijo que trajeron la foto desde España. “Se instalaron en una ermita en San Cristóbal y en 1570 fueron a Táriba y establecieron un centro misionero donde enseñaban catecismo a los indios y administraban los sacramentos”.
Debido a conflictos entre los indios Táriba, Capachos y Guásimos, los monjes regresaron a San Cristóbal y la pequeña placa fue abandonada.
El primer milagro de la virgen fue la restauración de su imagen en el altar. “La imagen se deteriora, pierde color y se recupera sola.
Cuenta la historia que un grupo de niños que jugaban en el pueblo se llevaron la tabla y un nativo de Táriba se la quitó”.
Se guardaron imágenes y “por la noche observaron luces brillantes. Todo el pueblo notó la luz. En aquella época el cuadro fue restaurado y sigue intacto 400 años después.