Desde Porto Alegre y Pachuca llegan noticias de aliento para el fútbol venezolano. Dos de sus vanguardias, dos de sus figuras emblemáticas de la Vinotinto disparan el balón y mueven la red en los campeonatos de Brasil y México, para deleite de los aficionados de las dos ciudades y para deleite, por supuesto, de los venezolanos. Jeferson Soteldo, ya conocido en la liga brasileña por sus logros con el Santos, equipo al que llegó para vestir la camiseta número 10 y heredar la grandeza de Neymar.
Ahora le toca, vaya tarea, vestir la «camiseta» del Gremio en el torneo, como dicen en los países del sur, a Ronaldinho Gaucho, considerado el mejor jugador jamás regalado por el estado de Rio Grande do Sur. Y Soteldo, todo hay que decirlo, no se ha preocupado por suceder a estas estrellas, porque con su aporte también ha aportado a ambos equipos. En un partido de la semana pasada marcó un gol y logró aportar una asistencia, que actualmente es uno de los valores más admirados del fútbol moderno…
En la zona norte del continente se encuentra otro niño, llamado Salomón Rondón, también autor de su primer gol en el circuito mexicano. El atacante, procedente del colegio Calasanz de Catia, formado en San Antonio de Los Altos y quizás el jugador más laureado que ha dado el país, cayó bien en Pachuca, huérfano de un goleador de su talla, y allí, en el agradable Ambiente que tiene el fútbol mexicano para los jugadores extranjeros, se ha adaptado, ha creído en el equipo y en lo que está haciendo, y ahora, con apenas un mes en la capital del estado de Hidalgo, quiere quedarse el resto de su carrera. en ese lugar…
Y como en toda actividad humana siempre hay un pero, como dijo «Goyo Repollo», el fino comediante venezolano, nunca ha quedado claro por qué ambos abandonaron sus clubes en Brasil y Argentina. Hay versiones, pero hay que tener cuidado porque casi todas implican mucha invención en su posible verdad. Hay que atenerse a lo dicho por los propios jugadores: Soteldo, que dejó Santos por malentendidos en el contrato, y Rondón, por la inadaptación de su familia a la vida en Buenos Aires. Cualquiera sea el caso, el pasado es el pasado y lo que importa ahora es Gremio de Porto Alegre y Pachuca de Hidalgo y lo que les pueda esperar a los dos jugadores en los próximos meses. Y no sólo para ellos, sino para la selección Vinotinto.
Jeferson y Salomón son, como ningún otro, la promesa viva del pueblo de Venezuela. Y es una gran responsabilidad, pero también lo más importante que puede pedir un jugador: representar a su país.
Te veo allí.
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