El 23 de abril queda marcado para siempre en la historia del béisbol venezolano no sólo por el debut de Alejadro Carrasquel en 1939, sino por el hit tres mil de Miguel Cabrera; que este martes cumple dos años y que lo convirtió en el integrante número 33 de ese club.
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Todos conocemos la historia, la esperamos, seguimos la cuenta regresiva, la sufrimos, la vivimos, fuimos conscientes de cada golpe y de cada vez que salió a la luz una de las dolencias físicas que a la postre hicieron mella en la carrera del Maracayero.
Gritamos al cielo cuando Aaron Boone ordenó la caminata intencional sobre él dos días antes en el partido entre Yankees y Tigres de Detroit, y luego esperamos un día por culpa de la lluvia para que llegara el momento, precisamente contra otro criollo.
Fue en la primera entrada del juego inaugural de la doble cartelera ante los Rockies en Comerica Park que Antonio Senzatela le lanzó tres rectas a ‘Big Tiger’. El tercero fue el del piedad, un envío atrapado dentro de la zona de strike que el afamado paleador aragüeño envió a tierra de nadie, entre primera y segunda.
Lo que siguió fue «Miggy» levantando su puño derecho, deteniendo el juego (y el tiempo), abrazando y saludando a sus compañeros, para luego darle la bienvenida a su familia; Incluido Don Doña Gregoria, su madre y su primer entrenador, y por si fuera poco, la ovación de todo Comerica Park se rindió a los pies de un niño de La Pedrera.
Para colmo, los Tigres ganaron 13-0, duplicando la celebración.