Santiago Peña Palacios recibió este martes la acreditación como presidente de Paraguay, entregada por el presidente del Tribunal Superior Electoral, Jorge Bogarín.
Acompañado de la cúpula del Partido Colorado, del que forma parte y que lo postuló para la presidencia, y de su esposa, la primera dama Leticia Ocampos, el mandatario aseguró que hay «un Estado por recuperar y un país para reconstruir«.
“Los paraguayos no podemos esperar más para lograr una sociedad próspera con justicia social”, agregó el proclamado mandatario.
Además, pidió que su acto de proclamación sea el inicio de un período para abandonar las diferencias que calificó como «un lastre para el progreso». “Recuperaremos los valores que han dado identidad a nuestro pueblo: honestidad, transparencia, igualdad y solidaridad”, dijo.
Abdo Benítez, un presidente para el olvido
Peña tomará el poder el 15 de agosto de manos del actual presidente Mario Abdo Benítez, también del Partido Colorado, quien deja el poder con un índice de aprobación de apenas el 12%, según encuestas de varios organismos encuestadores, citadas por el diario La Nación.
Abdo se distingue por su mala gestión en materia de salud pública, educación y seguridad. Mientras que en política exterior se alineó con los países del llamado Grupo de Lima y apoyó los intentos de desestabilización contra Venezuela en 2019.
Santiago Peña apuesta por la democracia
El ahora proclamado presidente paraguayo defendió la democracia como un «modelo de convivencia pacífica», así como un «estilo de vida en el que las diferencias humanas naturales se resuelven en el ámbito civilizado del derecho».
Peña acusó a sus opositores, quienes denunciaron fraude electoral tras los comicios del 30 de abril y exigieron un recuento de los votos con supervisión internacional, comentando que “en el otro extremo solo nos espera el caos, la ‘anarquía, la violencia’ y la destrucción’.