El jefe del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), Alexandr Bórtnikov, aseguró este martes que las fuerzas ucranianas están directamente implicadas en el atentado terrorista ocurrido la semana pasada en la sala de conciertos Crocus City Hall.
Las declaraciones las hizo durante una conferencia de prensa durante la cual declaró la necesidad de considerar al Servicio de Seguridad de Ucrania como una organización terrorista.
«Los propios servicios de inteligencia ucranianos están directamente involucrados en esto», afirmó, citado por Sputnik.
En este sentido, indicó que el ataque -que fue atribuido a la organización terrorista ISIS- era conveniente para Occidente y Ucrania, para desestabilizar a la nación.
Esto, luego de que se realicen las investigaciones preliminares, reveló datos sobre la implicación, no sólo de Ucrania, sino también de Estados Unidos (EE.UU.) y Reino Unido.
En ese sentido, afirmó que persiste la amenaza de actos terroristas en el territorio de Rusia.
Cabe recordar que por el atentado terrorista ya han sido detenidas 11 personas, de las cuales cuatro estuvieron directamente implicadas en el hecho.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció que los autores del ataque intentan huir a Ucrania.
«Los cuatro autores directos del ataque, los que dispararon y mataron a personas, fueron encontrados y arrestados. Intentaron escapar y se dirigieron hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, les habían preparado una ventana desde el lado ucraniano para cruzar. la frontera estatal», dijo en un discurso televisado.
Concluyen las operaciones de rescate tras el atentado terrorista
Por su parte, el Ministerio de Emergencias ruso anunció el fin de las labores de rescate en la sala de conciertos Crocus City Hall.
«Los especialistas del Ministerio de Emergencias ruso eliminaron por completo los efectos del incendio y completaron la retirada de escombros en el Ayuntamiento de Crocus», señala la entidad en una nota, citada por Sputnik.
Al respecto, se detalló que durante los operativos se desmantelaron y retiraron más de 900 metros cúbicos de estructuras colapsadas.
Asimismo, se dispusieron más de 1.000 personas y más de 300 equipos para realizar los trabajos.
Según los últimos datos oficiales, el atentado terrorista dejó 139 muertos y alrededor de 180 heridos.