Los sindicatos de Francia volvieron a protestar este jueves contra la reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron y su aprobación por el presidente sin pasar por votación en la Asamblea Nacional.
Según estimaciones de las autoridades, entre 400.000 y 600.000 personas de todo el país participaron en casi 270 manifestaciones públicas para apoyar el llamamiento de los sindicatos y oponerse a la normativa, que como punto más polémico aumenta la edad mínima de jubilación de 62 años. a 62. 64 años
El sindicato de la Confederación General del Trabajo (CGT) estimó que sólo en París, la capital, unas 400.000 personas se movilizaron durante esta, la duodécima jornada de lucha contra la reforma previsional.
Según medios locales, la Policía había detenido a 25 manifestantes hasta las 16:30 hora local en la capital francesa y se produjeron enfrentamientos entre la ciudadanía y la Policía en la Plaza de la Bastilla.
Los manifestantes intentaron llegar a la sede del Consejo Constitucional, que este viernes debía emitir su dictamen sobre la reforma, pero no pudieron llegar porque el lugar estaba fuertemente custodiado. Las autoridades han anunciado que las manifestaciones en las inmediaciones del Ayuntamiento están prohibidas a partir de la tarde de este jueves.
Por su parte, los dirigentes sindicales advirtieron que las movilizaciones continuarán independientemente del resultado de las deliberaciones del Consejo.
El secretario general de la CFDT, Laurent Berger, aseguró que «la lucha sindical está lejos de terminar» y recordó que Macron aún está a tiempo de promulgar la ley.
Berger valoró que los sindicatos ganaron «la batalla de la opinión, la batalla del mundo del trabajo» en tres meses de movilizaciones.
Sus opiniones fueron confirmadas por la titular del segundo sindicato del país, la CGT, Sophie Binet, quien dijo que no será la última movilización y animó al presidente francés a no reformarse o «no podrá conducir». el país”, dijo.
Una encuesta publicada este jueves arrojó que el 62 por ciento de los ciudadanos apoya las movilizaciones a pesar de que comenzaron hace tres meses, período durante el cual la producción de bienes y servicios estuvo significativamente paralizada.