El motivo de estas cartas es para confesarte por escrito que, como latinoamericano, me parece muy bajo que cuelgues medallas en el pecho de ese gran pecho de Díaz Canel, que como buen vaquero castrista quiere seguir viviendo. a expensas de los demás.
En lugar de dar medallas, estoy seguro que Pancho Villa lo hubiera mandado al infierno por tanto daño causado a los miles de niños cubanos, que se quedaron sin sus padres, luego de ser enviados a ver la calaca. Es decir, después de disparar a la pared.
Ese será el mismo Huitzilopochtli, el mero, mero Padre de los aztecas, siente, viendo como se dedica a condecorar en su nombre y cacarear, con excesivos apapaches con tanta malicia.
Poner el Águila Azteca en manos del tirano cubano, transmitir su fuerza, poder, dominio sobre otros a través de la guerra, no es nada chulo, señor Presidente. Puede ser tu hombre, te sienta bien ese gesto, pero la neta es que “pelo es el cocinero”.
Es obvio que sigues haciendo fuera del orinal. ¡Vaya! y esa medalla que recibió, marcada con el nombre de José Martí, puede servir para tener presente lo que dijo aquel poeta ilustrado: “cuando uno lo ve como un crimen y no hace nada, termina siendo culpable también”.
No creas que eres demasiado local, más bien está claro que ni siquiera te gusta más, asumiendo que es bueno para entretener a tus amigos del Foro de Sao Paulo. Ante esto, a ojo de buen cubero, ya sabemos que su compañero Biden camina «como un perro entre dos pasteles». Y qué decir del presidente de España, lo mejor sería que se quedara «silbando y aplaudiendo».
Pero nada de esto es un pase, solo hay que esperar a que se pegue la factura que te va a pasar. ¿No se pasa de la raya, presidente, o cree que los venezolanos no sabemos “de qué lado mastica la iguana” con su papel de conductor del diálogo de fulano con los buitres de Maduro?
Debes saber que Maduro conoce la paz de los venezolanos un maní reverente y si no, mira como cada vez se le antoja un chile, mole y pozole, como el mejor gusto para él.
No deja de dar cachete, con la mala intención de dejar gritar a la víbora, siempre nos intentan apretar. ¡Pero, qué es esto! No es momento de agitarse, pero mira cómo les va a nuestros educadores en Venezuela: ¡hasta el pastel! Muy consciente de que ya con Maduro “no iba ni a bailar el bote”. Por eso salen a la calle a protestar, exigiendo un salario digno porque el poco dinero que reciben no les alcanza «ni para beber un sorbete».
¿Sabes lo que ofrece tu hermano Maduro a los educadores? Unas miserables huarachas. Puedes imaginar lo corta que es la vida para esos maestros. ¿Y qué hace su amigo Maduro? Se pasa el rato en la ventana y se queja, como buen chismoso, de la misma tontería o lata contra el imperio, es decir, su vecino de al lado.
Nos preguntamos, presidente López Obrador, ¿cuáles son los méritos para que la continuación de la tiranía castrista reciba esta distinción? ¿Es para prolongar la agonía de un pueblo que ha sido torturado por más de 63 años?
Lo que hizo bien el presidente fue cuando lo invitó a visitar Campeche, que significa “lugar de culebras y garrapatas”, porque eso es lo que son. Además, su invitado encarna muy bien «la Leyenda del Diablo», que habla de aquel oscuro pasaje, en el que vivía un hombre con deformidades, que se aprovechaba de las personas, asustándolas en las noches, encendiendo cartuchos de azufre para que pensaran. que él. fue el diablo.
Entonces el pueblo le puso monedas y joyas para que no entrara en la ciudad. ¡No más, presidente López! Eso es suficiente. Ese personaje anda con las manos extendidas pidiendo un tocho oscuro. Díaz Canel no hace más que andar tirando huevas de pescado.
Entonces, ¿cómo lo lees? Pregúntenle a los médicos cubanos que son pagados en dólares por su gobierno, ¿cuánta corteza les dan? Están cazando al presidente topo. ¿Te parece una mamá pequeña? Este no es el momento de convertirse en calabaza ante tal explotación. Así que no digas que te pillaron tirando piñones.
El presidente claro es que todo esto me parece muy cañero para un pueblo que está pasando por tantas necesidades y lo que hacen estos falsos revolucionarios es levantar banderas de “progresismo”.
En Venezuela y supongo que hasta en México dicen «paura mi crania», ya se sabe que no son más que un chahuistle que ataca la democracia. ¿Por qué no le pidió a Díaz Canel que le «echara la sopa» a todos los presos políticos torturados que tienen en Cuba, como sus charolastras de Maduro y Daniel Ortega en Venezuela y Nicaragua? oh no, lo pelaron.
Te escribo en estos términos después de despertarme con esas resacas con las que suelo aparecer en público. No se me escaparon las ganas de pedirle a los espíritus de esa pareja de genios, Octavio Paz y Carlos Fuentes, que me hicieran parar.
Pero yo sé que los mexicanos tienen un sentido del humor muy particular, su risa tiene decibelios entre la alegría y el dolor, incluso riéndose de su propia muerte. Sin embargo, como decía Cantinflas “nos tratamos como caballeros o lo que somos”.
Se despide de ti, con cariño,
antonio ledezma
Exgobernador y exalcalde metropolitano de Caracas.
Premio Sájarov. Premio a la Defensa de los Derechos Humanos del Congreso de los Estados Unidos.
Premio de Derechos Humanos y Democracia, Ginebra.