Hablar otro idioma, especialmente si es inglés, ya parece agua corriente. Se nota en los vuelos internacionales y en los países visitados, ya que la comunicación en inglés es común, siempre que todos lo entiendan. Todos, excepto Nicola Jokic, Shohei Ohtani y Lionel Messi. Vaya, hay tantas cosas en los deportes.
Las tres mayores estrellas del baloncesto, el béisbol y el fútbol deberán recorrer las calles de Estados Unidos acompañadas de guardaespaldas y traductores para hacerse entender. Su precario conocimiento del inglés, incluso a pesar de los años que llevan en el país norteamericano, les lleva a buscar apoyo, pero no en los terrenos de juego donde suelen ser imparables.
Los signos se han convertido en su lenguaje básico, y los movimientos corporales en sus aliados más incondicionales…
Jokic, serbio de nacimiento, llegó a Denver hace nueve años y desde entonces se ha convertido en uno de los grandes jugadores de la NBA. Elegido dos veces Jugador Más Valioso, ha ido eclipsando poco a poco el estrellato de LeBron James, y su presencia inspira un sentimiento que va del respeto al miedo, tal es su capacidad para hacer posible lo que es inalcanzable para los demás.
El japonés Ohtani, por su parte, y con tres años en las grandes ligas, ha llegado al paraíso deportivo al firmar el contrato más imaginado, con 700 millones de dólares en 10 años. Y no sólo le asombra su doble habilidad de lanzar sus bolas de fuego como las más calientes y dar en el blanco que raspa las nubes, sino también por su humildad. Se le ha visto, en vídeos íntimos, recogiendo la basura que sus compañeros dejan en el dugout cuando salen a cubrir el campo.
Por su parte, Messi, que llegó este año a Florida para jugar en el Internacional Miami, ha sido una sensación que ha despertado el fútbol en todo el estado, haciendo eco su nombre en los informativos televisivos que no se cansan de ensalzar el valor del juego. Argentino como futbolista…
Los tres van y vienen, y cuando son invitados a programas de televisión para entrevistas, ellos y los presentadores tienden a empantanarse en las preguntas y respuestas. No sabemos si les interesaría saber inglés o si están contentos con el dinero que hay en las arcas, porque en definitiva, pueden comprar cualquier cosa; o mejor dicho, casi: cuando llegan a un restaurante y piden una langosta sin intervención del traductor, es posible que el camarero, perdido, confundido tras escuchar la extraña pronunciación, les traiga una sopa de cangrejo hirviendo. ¿Qué dirán tus profesores de inglés?
Te veo allí.
La entrada ¿Quién habla inglés? se publicó por primera vez en Leader in Sports.