El Ministerio de Ecosocialismo (Minec) dijo a través de redes sociales que es normal la presencia de ejemplares de baba, pertenecientes al orden crocodylia, en el canal de drenaje de aguas pluviales (identificado como CP2), ubicado en la Avenida Arismedi de Lechería, en el límite con Oporto. La Cruz, las dos ciudades del área metropolitana del estado Anzoátegui.
En concreto, indican que el avistamiento es “común en las actividades de seguimiento de estas especies”.
Además, el órgano de gobierno en materia ambiental afirma que tras analizar las fotografías facilitadas en las redes sociales, “se trata de un ejemplar de la familia Alligatoridae, en particular se trata de un caimán crocodilus, comúnmente conocido como slime, conclusión que pudimos comprender alcanzar gracias a la disposición de las escamas post-occipitales y nucales (cervicales) presentes en el animal».
También recuerdan a los ciudadanos “que vivimos en un país tropical, que por las presiones urbanísticas y las necesidades de la población ocupamos espacios naturales y que como seres humanos debemos entender que estos espacios deben ser compartidos con esos seres vivos que llegaron millones de años antes de «nosotros».
Y como nota importante, destacan que en el estado “no hay registros modernos de ataques de grandes lagartijas a humanos”.
Ambiental: La presencia de limo es normal
En la misma opinión opina la directora de la Fundación Avista, Gaizkale Garay, que asegura que la presencia de estos limos es normal, “hace años que viven en esos mismos cuerpos de agua. Qu il s’agisse de la lagune de Rómulo Gallegos , ya sea el canal de desahogo que recorre la avenida Camejo Octavio, así como las lagunas de Tronconal, son lugares donde siempre se han observado”.
Explicó que el asombro que hoy despiertan estos animales se debe a que «las redes sociales multiplican exponencialmente cualquier información» y que este canal fue descubierto luego de sufrir talas agresivas, «cortaron todos los árboles y manglares, toda la vegetación que había». allá. y por supuesto el curso de agua estaba expuesto.
“No debe haber alarma ni nada de qué preocuparse. Primero, el animal está en su hábitat, segundo, si está ahí es porque recibe comida, y tercero, lo que hay que hacer es no meterse con él, salir”. solo”, agregó el ambientalista.
Garay reconoce que los ciudadanos deben estar «contentos» porque a pesar de todo el impacto y toda la invasión que suponen los desarrollos urbanísticos en torno a los espacios naturales, «la presencia de estos animales nos dice que este entorno tiene posibilidades de recuperarse y ofrecer siempre lo que especies como esa». babear. necesitar».
En cuanto al llamado a las autoridades a hacer algo, Garay consideró que están haciendo lo correcto, que es dejar en paz a esta especie, que también está protegida.
También considera que hay que fomentar su seguimiento por parte de especialistas y que se elaboren planes de gestión, pero también que se proteja.
Por su parte, el médico veterinario Gilberto Borges, indicó que la distribución de estos animales es en todo el litoral de Venezuela. “Viven en pantanos, lagunas, manglares, ríos, esteros, e incluso pueden llegar a la playa y la costa, ya que son animales de agua salada”.
Reitera que es una especie vulnerable y amenazada, por lo que se encuentra protegida por leyes nacionales e internacionales, debido a su importante función ecológica.
Borges señaló que por ser animales protegidos, no pueden ser tocados, manipulados, capturados, cazados, sacrificados, trasladados, y toda persona que cometa estas acciones cae en un delito ambiental, establecido en la Ley Penal Ambiental.
Este conservacionista “tortuguero” coincide con Garay y afirma que se han visto más babas en los últimos años por el fenómeno de las redes sociales, “esto hace que la información y los avistamientos se difundan fácilmente a través de las redes sociales, lo que hace que la falta de información sobre estas especies generar asombro y preocupación en las personas.”
Borges dijo que en algunas zonas del país hay una pequeña recuperación de la especie, gracias a la fundación de parques nacionales, otras áreas protegidas y el trabajo de conservación y educación que se realiza en el país, a pesar de la mayor destrucción, intervención y reducción de su hábitat, principalmente debido al desarrollo urbanístico descontrolado.
Mencionó que ante la alarma que se genera con cada avistamiento, son realmente peligrosos, pero “en Venezuela, debido al alto impacto negativo que han sufrido las personas en la historia, el comportamiento de los cocodrilos y caimanes es huir ante la presencia de personas. los animales solo atacan si se sienten amenazados, acorralados, en peligro, con crías o nidos. Estos animales no tienen a los humanos como presas normales en su dieta”.
También dijo que ante la presencia de un limo, debemos mantener la calma y la distancia, tener cuidado, no gritar, no acercarse, ni molestar; Si el animal está fuera del agua no lo molestes, es solo el sol, recuerda que son reptiles y necesitan del sol para poder termorregular su temperatura, entonces solo saldrá y volverá al agua.
Se recomienda no nadar en cuerpos de agua donde se sospeche o se haya visto cocodrilos o caimanes, mantener a niños y mascotas vigilados y bajo el control de un adulto, no dejarlos solos cerca de cuerpos de agua y avisar a las autoridades ( Minec o Inparques). , especialistas y grupos de investigación y conservación para monitorear y registrar especies en el área.
“Como ciudadanos tenemos el deber y el derecho de proteger a las especies de vida silvestre y disfrutar de los beneficios que estos animales nos traen, ya que son muy importantes para el medio ambiente y un recurso que debemos cuidar”, dijo.
Esta no es la primera vez que la gente denuncia
El avistamiento de caimanes en las zonas urbanas de Lechería no es nuevo.
En noviembre de 2022 se reportó el avistamiento de cocodrilos cerca de las estructuras náuticas, los muelles y las áreas de agua de los canales del Complejo Turístico El Morro en Lechería, municipio de Urbaneja.