Hace unas semanas, el Campeonato Nacional de Suecia tomó la decisión de eliminar el VAR para la próxima temporada, siendo la primera liga de Europa en hacerlo. Ange Postecoglou, entrenador del Tottenham Hotspur, fue preguntado al respecto y su respuesta no dejó dudas: «Entonces me iré a Suecia».
El australiano ha reflejado así el sentir de muchos aficionados sobre la tecnología que empezó a aplicarse en la temporada 2019-2020 y que podría estar a punto de afrontar las últimas semanas de su vida en Inglaterra.
Porque los 20 clubes participantes en el torneo votarán el 6 de junio si eliminan el VAR para la temporada 2024-2025. Si dos tercios de los clubes, es decir, 14 de 20 clubes, aceptan eliminar la tecnología, la propuesta presentada por Wolverhampton Wanderers seguirá adelante y la Premier League se convertirá en la primera gran liga en eliminar la tecnología VAR.
VAR: Preguntas sobre el éxito y el fútbol
Pero ¿por qué los clubes quieren que termine esta era? El VAR, introducido por la IFAB en 2016, ha puesto fin a las polémicas arbitrales en el fútbol y según datos de la propia Premier, la precisión en los partidos polémicos ha aumentado del 86% al 93% gracias a la intervención del VAR.
Sin embargo, esta temporada ha tenido periodos tensos que ni siquiera la tecnología puede solucionar. El más grosero fue el error del VAR cometido en el duelo de primera ronda entre Tottenham Hotspur y Liverpool, cuando el gol legal de Luis Díaz fue anulado por fuera de juego. La mala comunicación entre el árbitro del VAR y el asistente en la grada provocó que se anulara la decisión y el gol del jugador colombiano.
Ese no fue el único error y la PGMOL, la asociación de árbitros de la Premier League, ha tenido que disculparse varias veces esta temporada por los errores cometidos.
En la primera jornada de la Premier League, André Onana golpeó con el puño al delantero de los Wolves, Sasa Kalajdzic, en un partido que debería haber terminado en penalti, pero ni el árbitro de campo ni el VAR lo señalaron.
Los errores y la confusión que ha causado la tecnología
Durante el partido Liverpool-Arsenal en diciembre, el director de PGMOL, Howard Webb, admitió que Martin Odegaard debería haber recibido un penalti para el Liverpool, mientras que Nottingham Forest acusó repetidamente al árbitro de hacerles daño. Hace más de un mes, contra el Everton: se les negaron tres penales, de los cuales un panel de expertos designado por la liga admitió que al menos uno debería haberse sancionado. Forest acusó al primer ministro de incluir en el VAR a un árbitro aficionado del Luton Town, uno de los equipos con los que compite por el descenso.
Además, el VAR trazó mal la línea en ciertos goles, como el empate de Brentford el año pasado en el Emirates Stadium, y fue inconsistente al juzgar situaciones como balonmano y tiros libres y tarjeta roja. También este miércoles se debería haber concedido un penalti a Sofyan Amrabat contra Anthony Gordon por pisar el talón al jugador del Newcastle, pero el partido ni siquiera fue revisado. La patada de Jeremy Doku que golpeó a Alexis Mac Allister en el pecho durante el partido Liverpool-Manchester City tampoco resultó en penalti.
“No sé para qué sirve el VAR si no corrige esos errores”, dijo el propio Gordon tras el partido.
Los aficionados también protestan contra el VAR
Pero no son sólo las malas decisiones las que han provocado que clubes como los Wolves desechen la tecnología. También pesa más el tiempo perdido en cada decisión, lo que propicia partidos más largos, con innumerables descuentos, como ocurrió este miércoles en el Brighton-Chelsea, donde hubo nueve minutos extra en la primera parte y 11 minutos en la segunda, el ritmo. Se cortó. Esto demuestra cansancio, pérdida de emoción al celebrar los goles -porque pueden ser anulados- y el árbitro es menos responsable cuando hay apoyo del VAR.
Esto último se puede ver fácilmente en torneos como la Copa de la Liga, donde el VAR no se introduce hasta las semifinales y donde los árbitros no suelen tomar decisiones comprometedoras como podrían quedar expuestas en la televisión.
El 6 de junio es el día de la votación.
Mientras esperamos ver qué votará cada club de la Premier el 6 de junio, los aficionados han expresado su oposición a la tecnología en cada encuesta que se les ha presentado.
Una encuesta realizada el verano pasado por la FSA, que vela por los intereses de los aficionados al fútbol ingleses, reveló que el 63% de los encuestados se oponía al VAR, frente al 74% que estaba a favor de que el VAR introdujera esta tecnología en 2017.
Sólo el 5,5% de los encuestados dijo que su experiencia con el VAR fue buena, mientras que el 92% estuvo de acuerdo en que la toma de decisiones llevó demasiado tiempo.
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