Las políticas públicas aplicadas en los últimos 23 años en el país no han considerado una prioridad atraer inversiones privadas, las cuales son realizadas por empresas internacionales o nacionales, en aquellas áreas económicas donde su inversión será productiva y tendrá un alto potencial de crecimiento.
Las decisiones implementadas con el fin de crear los incentivos necesarios para atraer a potenciales inversionistas están sustentadas no sólo en llamados a estimular la participación del capital privado, sino que también son muy dependientes de un entorno que brinde seguridad jurídica y al mismo tiempo promueva los negocios. obtener la participación de estos capitales extranjeros y locales.
La estrategia aplicada por los diferentes tipos de gobiernos en el mundo ha logrado apoyar un modelo político que ha estimulado la inversión privada, permitiéndoles atraer grandes cantidades de capital para hacer crecer su economía, que ha sido muy similar para todos. Enfatiza las garantías que se dan a los inversionistas al crear un marco legal que no limite la capacidad productiva de los proyectos a desarrollar y donde el Estado se convierta en un aliado para crear crecimiento económico y desarrollo social. Estas empresas crean miles de empleos bien remunerados para sustentar sus actividades y al mismo tiempo aportan importantes aportes fiscales a partir de los beneficios económicos que reciben de sus actividades productivas y comerciales. Proporciona al estado recursos para inversiones sociales, tales como: salud, educación, seguridad, etc.
La posibilidad de atraer inversionistas al país como estrategia para recuperar la economía y así mejorar la compleja situación social que afecta a la gran mayoría de las familias, requiere de un cambio en la política estatal donde se le dé la seguridad necesaria a la actividad privada. sus actividades y el estado del negocio definen sus objetivos económicos prioritarios, facilitando a los inversores privados nacionales e internacionales las zonas donde desarrollar sus actividades.
La política estatal implementada en el país ha permitido al estado comercial controlar más del 50% de la actividad económica nacional y ser propietario de alrededor del 80% de los activos comerciales totales del país. Los resultados fueron antagónicos al interés nacional, pues se observó una caída en la capacidad productiva de las empresas nacionalizadas y muchas de las que exportaban ahora tienen que cubrir su déficit productivo con importaciones. De manera similar, observamos las crecientes pérdidas de varias de estas empresas públicas, con sus consecuencias sobre el déficit fiscal.
Para atraer inversiones y lograr un mayor desarrollo socioeconómico, se necesitan cambios urgentes en la política estatal actual, que continúa apoyando y priorizando un estado empresarial que cubra casi todos los ámbitos de la actividad económica nacional.
Vicente Brito
Presidente
Red por la defensa del trabajo, la propiedad y la Constitución.