La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y sus organizaciones miembros en Perú, APRODEH, Perú-Equidad y CEDAL, denuncian que la institucionalidad del Estado ha sido desestabilizadora y que durante el último año se han revertido conquistas sociales y ciudadanas en materia de derechos humanos . .
La FIDH en su informe “Perú: el avance del autoritarismo y el retroceso de las derechas”, indica que el proyecto político conservador y antiderechos del Gobierno de Dina Boluarte ha llevado a la grave crisis que atraviesa hoy el país latinoamericano.
Captura de instituciones
Destaca tres hechos como evidencia de que hay un proceso evidente en el Congreso para capturar las instituciones democráticas.
En ese sentido, menciona la Toma de la Corte Constitucional, mediante la elección, en 2022, de “magistrados no solo conservadores, sino también con credenciales académicas y legales insuficientes”.
De igual forma, la intervención de los órganos electorales en febrero de 2023, mediante la reforma de la norma constitucional para que los integrantes del Jurado Nacional Electoral (JNE) y los titulares de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), puede ser imputado constitucionalmente ante el Congreso de la República.
Y por último, el nombramiento de un Defensor del Pueblo, en mayo de 2023, sin la idoneidad necesaria para ello.
En el citado documento, la FIDH critica la «brutalidad represiva» durante las manifestaciones sociales contra la actual administración que «dejaron un balance de sesenta y siete muertos».
En ese sentido, indica que algunos de los asesinatos podrían ser catalogados como ejecuciones extrajudiciales, ya que fueron causados por armas pertenecientes a las fuerzas armadas, y que el patrón de heridas es por golpes arriba del torso”.
Por otra parte, señaló el papel de la Fiscalía que, desde la crisis de represión, más que la investigación de las muertes y posibles casos de ejecuciones extrajudiciales y graves violaciones a los derechos humanos y de los responsables, se volcó a encauzar la persecución. de los ciudadanos que protestan, especialmente de los líderes de las organizaciones involucradas».
También aseguró que este organismo tiene un sesgo político, ya que, por ejemplo, se dedicó «a armar un expediente de acusación constitucional contra el entonces presidente Castillo, dejando de lado otros casos más antiguos».
Advierte que “la tendencia dominante de estos poderes a anunciar las conquistas de diversos derechos ha alentado y alentado la negativa de las dos instituciones a mantenerse y aumentarse. Y es muy probable que el intento de intervención en los demás poderes del Estado y la creciente crisis económica afectan el desarrollo de las movilizaciones ciudadanas y aumentan la desestabilización del país. La “Tercera toma de Lima” prevista para los próximos días es un ejemplo de ello”, destaca el documento.