Nayib Bukele retoma la presidencia de El Salvador en medio de un marcado contraste entre los logros en materia de seguridad de su primer gobierno y una economía que tiene una de las tasas de crecimiento más bajas de la región y necesita financiamiento constante del poder ejecutivo. de los fondos de pensiones de los empleados.
Bukele, que asumirá el sábado 1 de junio su mandato para el período 2024-2029, logró la reelección inmediata bajo la bandera de las «bandas de combate» en los comicios del pasado febrero, pese a estar prohibido por la Constitución. ignorando el principal mensaje de campaña y el estado de la economía, que según diversas encuestas le valió la mayor demanda de la población.
A continuación se presentan algunas claves para entender este contraste:
1.-El tamaño más popular
El último fin de semana de marzo de 2022 se produjeron los peores asesinatos desde que el Ejecutivo de Bukele asumió el poder: más de 80 personas fueron asesinadas por pandillas en tres días, y una investigación del medio local El Faro afirma que esto ocurrió tras el colapso de una organización. firmó un contrato con las bandas antes mencionadas.
La medida dejó más de 79.900 encarcelados y fue prorrogada 26 veces por la legislatura mayoritaria oficialista, órgano clave para su implementación y asignación de recursos sin análisis ni debate.
Por otro lado, las sanciones impuestas por el Gobierno de Estados Unidos contra los funcionarios del círculo íntimo de Bukele incluyeron acusaciones de diálogo con pandillas.
2.-Una reducción que no empieza con Bukele
Bukele, recordado por asaltar el Congreso con soldados y policías armados cuando la mayoría opositora presionaba para un préstamo millonario, tomó las riendas del país cuando los asesinatos sumaban al menos tres años consecutivos de decadencia.
El Salvador registró su año más mortífero en 2015, con una tasa de casi 103 asesinatos por cada 100.000 habitantes, y alcanzó 50,3 en 2018, una disminución destacada por la caída de Bukele en 2019 a 36.
Según datos oficiales, se produjo un fuerte descenso hasta 21,2 en 2020, 18,1 en 2021 y 7,8 en 2022, lo que corresponde a la introducción del estado de emergencia.
3.-Violación de derechos humanos y sospechas en cifras
Como parte de esta medida de emergencia, las organizaciones humanitarias han registrado más de 6.000 denuncias de abusos, incluidas detenciones arbitrarias y torturas, además de la muerte de 240 personas bajo custodia estatal.
Para la University Human Rights Watch (OUDH), las cifras del gobierno sobre asesinatos son «inexactas» porque no incluyen las muertes añadidas por administraciones anteriores.
Se trata de muertes de presuntos pandilleros en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, delincuentes presuntamente asesinados por ciudadanos, huesos y cadáveres en cementerios secretos, prisioneros a pesar de signos de violencia.
Según la OUDH, recién en 2023 el Gobierno de Bukele dejó de contabilizar la mitad de las muertes violentas como asesinatos, al considerar que reconocía sólo 154 de 309.
4.-Período de deterioro de cinco años
En enero pasado, una encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) reveló que la situación económica había superado a la delincuencia como principal preocupación de los salvadoreños, en gran medida por los efectos del estado de emergencia.
El estudio muestra que el 32,8% de la población considera que la economía es «el principal problema que enfrenta El Salvador», y el desempleo alcanza el 17,3%.
Para el economista José Luis Magaña, el balance de estos cinco años apunta a un «deterioro de las condiciones de vida de los hogares».
Magaña destacó que la pobreza extrema monetaria se ha «duplicado» de 86.000 familias en 2019 a 170.000 en 2023.
Según datos oficiales, la tasa de pobreza general aumentó del 22,8% al 27,2% de los hogares.
5.-Crecimiento a costa de la desigualdad
Según este economista, tras el colapso de la economía por la pandemia y la posterior recuperación, El Salvador comenzó a registrar los mismos porcentajes de «crecimiento suave» que en décadas anteriores.
Señaló que el Banco Central había pronosticado un crecimiento del 3,5% en 2023, pero sectores como la agricultura registraron una caída acumulada del 2% durante el período de cinco años, mientras que la industria experimentó una caída de alrededor del 9% en 2019. 2023.
El experto también explicó que la construcción ha «mantenido indicadores macroeconómicos» pero ha creado «mucho empleo» pero es «de bajos salarios y de muy corto plazo», dado que «estamos hablando de un crecimiento frágil» en Salvador, lo que «atrae «la menor inversión extranjera» de la región y tiene un alto énfasis en que sigue siendo un país endeudado.
La deuda nacional a marzo de 2024 alcanza los $30.000 millones, de los cuales $10.500 fueron creados por el actual Gobierno.
En este sentido, para Magaña «parece que hay dos países, uno con muy buenas cifras, pero el hogar no refleja eso, (…) porque esta recuperación se basa en el aumento de la desigualdad».
Agencias
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