Rafael Nadal regresó a Roland Garros el lunes para entrenar y determinar si está en condiciones de competir en el Abierto de Francia, el torneo de Grand Slam en el que ostenta un récord de 14 títulos.
El astro español, de 37 años, celebró a última hora de la tarde una rueda de prensa junto a su entrenador, Carlos Moyá. Jugó sin exigirse demasiado en la cancha Philippe-Chatrier, abierta al público.
Alrededor de 6.000 aficionados acudieron a la pista central de Roland Garros y vitorearon a Nadal mientras saltaba a la arcilla roja. Después de la práctica, que duró aproximadamente una hora y media, Nadal firmó autógrafos y luego desapareció por el túnel que conducía al vestuario.
La práctica del lunes permitió a Nadal tomarse el pulso en la pista de Roland Garros, donde lleva dos años sin jugar, y poner a prueba su estado de forma. La competición comienza el domingo y aún no se ha confirmado si Nadal competirá.
Busca volver a estar en forma después de perderse casi todo 2023 tras ser operado de una lesión en la cadera. Tampoco ha jugado mucho esta temporada debido a molestias en las caderas y en los músculos del estómago.
Su reciente derrota en su segundo partido en el Abierto de Italia (6-1, 6-3 ante Hubert Hurkacz) dejó al 22 veces campeón de Grand Slam en duda para competir en París.
Nadal aún no ha confirmado definitivamente si competirá en el Abierto de Francia, donde entrará en el cuadro final con ranking protegido. La expectativa es que este sea el último año del mallorquín en el circuito, y por tanto adiós al torneo que más le apetece.
AP