Las fuerzas militares enfrentadas en Sudán acordaron una tregua humanitaria de tres días, propuesta por las Naciones Unidas, para coincidir con la festividad musulmana de Aid al-Fitr, que marca el final del mes sagrado del Ramadán.
El ejército del país emitió un comunicado en el que aceptaba «una tregua por un período de tres días, a partir de hoy, viernes 21 de abril, para permitir a los ciudadanos celebrar el Aid al-Fitr y para el movimiento de los servicios humanitarios».
Asimismo, las Fuerzas Armadas, que recuperarán paulatinamente el control de la nación, esperan que los rebeldes de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) cumplan con todos los requisitos de la tregua y detengan “cualquier movimiento militar que pueda entorpecer”.
Además, el jefe de las Fuerzas Armadas, general Abdel Fattah al-Burhan, prometió que su país superará el conflicto con «entrenamiento, sabiduría y fuerza», así como una transición a un gobierno liderado por civiles, en un discurso ante celebran el final del Ramadán, informa la agencia de noticias SUNA.
«Confiamos en que superaremos esta prueba (…) de manera que se preserve la seguridad y la unidad del país y nos permita asegurar una transición a un gobierno civil», dijo.
Origen del conflicto
Sudán vive un caos desde que en octubre de 2021 el ejército liderado por Al-Burhan y las FAR, encabezadas por Mohamed Hamdan Daglo -alias ‘Hemedti’-, dieron un golpe de Estado contra el entonces presidente Abdalla Hamdok.
Desde febrero de este año, los dos generales han estado luchando por el control de Sudán y no han logrado implementar acuerdos en los que entregan el poder a un gobierno civil de transición.
El estallido actual de violencia entre ellos se produjo después de que Burhan y Dagalo se pelearan por un reciente acuerdo negociado internacionalmente con activistas internacionales, que tenía la intención de incorporar a las RSF al ejército y, finalmente, conducir a un gobierno sin presencia militar.
civiles desplazados
El conflicto, que se desarrolla principalmente en la capital Jartum, ha llevado al límite a la población sudanesa y a trasladarse a zonas vírgenes de los combates, que han dejado hasta el momento más de 400 muertos y miles de heridos.
Los bombardeos y los disparos de francotiradores han afectado la infraestructura civil, incluidos los hospitales, durante la última semana. En este sentido, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, denunció los ataques a las instalaciones sanitarias.
“No solo ponen en peligro la vida de los trabajadores de la salud, sino que también privan a las poblaciones vulnerables de atención médica esencial”, advirtió.
En ese sentido, la portavoz de la OMS, Margaret Harris, dijo a los periodistas en Ginebra que la violencia obligó a 20 centros de salud en todo el país a detener sus operaciones; mientras que una docena de otros hospitales corren el riesgo de cerrar, amenazando a unos 50.000 niños gravemente desnutridos.