El Gobierno Nacional de Argentina ha publicado un decreto que limita el acceso a las pensiones de invalidez, justificando la medida con supuestos resultados de «inconsistencias alarmantes» en una auditoría de una pequeña muestra de beneficiarios.
El cambio, establecido en el decreto 843 publicado en el Boletín Oficial, ha generado un fuerte rechazo entre especialistas y organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos de las personas con discapacidad quienes advierten que la revisión se basa en una muestra que representa menos del 4%. de la organización. Más de 330.000 pensiones de invalidez en el país, informa Telesur en su portal web.
La nueva normativa establece que, para acceder a una pensión, no se debe tener un trabajo formal, y es necesario que no existan familiares con la obligación legal de sustentar a los menores solicitantes, a menos que no puedan hacerlo.
También se imponen requisitos de residencia más estrictos para las personas naturalizadas y los extranjeros.
Consultada por el medio cooperativo TiempoAr, Gabriela Troiano, presidenta de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), calificó el decreto de «totalmente regresivo» y contrario a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que Argentina ha ratificado. en 2008.
Troiano explicó que la normativa contradice el modelo social de discapacidad que promueve esta Convención, que busca la igualdad de oportunidades y el bienestar de las personas con discapacidad.
La crítica se extiende a la incompatibilidad del empleo registrado con el cobro de la pensión, un cambio que, según Troiano, anunciará los avances en la legislación.
Por su parte, Lourdes Farias, directora provincial de acceso e inclusión del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, advirtió que la modificación afectará gravemente a los niños con discapacidad, que no tienen capacidad para trabajar.
«Perder estos ingresos significa también perder el acceso a medicamentos y terapias esenciales», dijo Farias, enfatizando que la solución a los abusos en el sistema no es castigar a quienes más ayuda necesitan.
El gobierno de Javier Milei, en su esfuerzo por reducir el gasto público, enfrenta críticas por priorizar la eficiencia económica sobre el bienestar de los grupos más vulnerables. Organizaciones sociales y defensores de derechos humanos piden que se revise el decreto antes de que cause daños irreparables a miles de familias.
Con una población de entre 5 y 5,5 millones de personas con discapacidad en Argentina, sólo 1,3 millones reciben pensiones no contributivas.
La implementación de esta nueva regulación no sólo podría considerarse una violación de los derechos fundamentales, sino que también aumenta la ansiedad y la incertidumbre entre quienes ya enfrentan enormes desafíos en su vida diaria.