Las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados, prometidas durante la campaña electoral del presidente electo Donald Trump, tienen muchas posibilidades de realizarse a pesar de su alto costo para la economía estadounidense. Así lo respalda el nombramiento de Tom Homan, el llamado «zar de la frontera», con especial desprecio por los migrantes durante la anterior administración de Trump.
Según anunció el republicano, sus primeras acciones apuntarían primero a suprimir la orden ejecutiva aplicada por el presidente Joe Biden, así como las firmadas por el expresidente Barack Obama y porque fueron ignoradas en el primer mandato de Trump.
En opinión del abogado migratorio Wilfredo Allen, la futura administración puede eliminar el permiso humanitario que ha permitido el ingreso de poco más de 600.000 personas procedentes de Nicaragua, Cuba, Haití y Venezuela desde su establecimiento. Estos serán los sectores más afectados por las deportaciones masivas anunciadas.
Limpiar las huellas de Biden
En 2022, la administración del presidente Biden creó la libertad condicional humanitaria como una ruta de inmigración legal para inmigrantes de esos cuatro países, quienes llegaron en cifras récord a la frontera sur ante las crisis políticas y sociales en sus naciones de origen.
La administración de Joe Biden también lanzó un programa, llamado CBP One, que puso algo de orden. Desde su introducción a principios de 2023, los migrantes ya no tienen que presentarse en el puesto fronterizo para concertar una cita, sino que pueden hacerlo a través de Internet y desde sus propios teléfonos móviles. Los refugios fronterizos, una vez despejados, han sido vaciados y muchas familias están haciendo todo lo posible para seguir el camino legal.
Trump ha prometido acabar con CBP One Vole así como limitar una vez más el reasentamiento de refugiados dentro de Estados Unidos, y ha advertido a lo largo de su campaña que llevará a cabo deportaciones masivas.
El «zar de la frontera»
Donald Trump no perdió el tiempo y aceleró el paso hacia su promesa de «limpiar» Estados Unidos de inmigrantes «indeseables». Su paso más claro, tras lograr la victoria electoral, fue el nombramiento de Tom Homan, nuevo «zar de la frontera».
Homan, de 62 años, es un ex oficial de policía y agente fronterizo que tiene una larga trayectoria con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos. Comenzó su carrera de liderazgo en 2013, sirviendo como subdirector de la organización bajo el gobierno del demócrata Barack Obama; Años más tarde, Trump terminó incorporándolo a su primera Administración, convirtiéndolo en director interino de ICE.
Fue una pieza fundamental en la primera Administración de Donald Trump, aplicando la política migratoria en la realidad y apoyando las medidas muy cuestionadas por el público en general, que calificó algunas de sus políticas de «inhumanas».
Entre ellos destaca la separación de padres e hijos migrantes al llegar a Estados Unidos. Su política fue conocida como «tolerancia cero» hacia los inmigrantes. Ella fue la encargada de separar a los niños de sus padres luego de que cruzaron la frontera, para que estos últimos fueran perseguidos y trasladados a México.
Tras su nombramiento, dijo que para evitar problemas con las organizaciones de derechos humanos, ya no separaría a los niños de sus padres, sino que se reunirían las familias.