Una cosa es que el Real Madrid haya recibido 84,5 millones de euros por la victoria del sábado ante el Borussia Dortmund, y otra que el objetivo de hacerse con la gran bolsa para la conquista de los alemanes haya elevado la cifra del jugador a niveles inimaginables.
El conjunto español iba ganando por uno a cero hasta que el delantero con el número 7 apareció, fantasmal, para volar la portería alemana y enviar a Transfermarkt, la empresa que valora a los futbolistas, cuál podría ser ahora el coste de su traspaso en el mercado internacional. Así va en el fútbol mundial: hoy uno está en lo más alto, mañana el valor es otro.
Ahora recordamos las palabras de César Luis Menotti, siempre punzantes, en una conversación sobre la dimensión monetaria de los jugadores. “Siempre pensé que el mercado era el que estaba en la esquina de mi casa, donde podías comprar frutas y verduras y hablar con tus amigos. Ahora es comprar y vender jugadores»…
Tal como están las cosas, volvamos al dinero en abundancia. Antes del partido final por la corona de la Liga de Campeones, los futbolistas más valorados, con 180 millones de euros cada uno, eran el inglés Jude Bellingham, el francés Kylian Mbappé y el noruego Erling Halland. Por ahí, con 150 millones, estaban los británicos Phil Foden y Vinicius.
Pero como el fútbol es la metáfora del juego infantil de balancín, en la próxima evaluación es posible que el precio a pagar si alguien quisiera incorporar al brasileño a su club rondara los 200 millones de euros.
Su temporada, y sobre todo su gol en el partido decisivo, podría ser el impulso para alcanzar el cielo de las cotizaciones…
Siempre nos hemos preguntado hasta dónde llegará el fútbol, cuáles serán los límites de este deporte convertido en una máquina de producir billete tras billete. Cuando Neymar se marchó del Barcelona al Paris Saint-Germain, el pago por parte del francés fue de 222 millones de euros, un récord que aún se mantiene. No será fácil de conseguir, porque de ahí a 180 millones queda un largo camino por recorrer.
Pero, y como van las cosas, con un traspaso como este, de esa cantidad para llegar a un club de otro, que casi exagera el presupuesto de un país pequeño, no sería de extrañar que un día de estos, cuando se enciende el teléfono o la computadora, leamos:
«Un jugador así acaba de ser traspasado por 250 millones de euros». ¿Quién será, qué hombre con camiseta de fútbol recibirá este honor y se convertirá, como el futbolista Shohei Ohtani, en el futbolista más caro de la historia?
Te veo allí.