Con el sol de venado (ya por la tarde), el presidente Nicolás Maduro llegó al estadio monumental «Simón Bolívar». Karol G es la misma que cumplió dos días en marzo.
Sin hacer caso a nadie, Maduro subió al largo podio y caminó casi hasta llegar al público reunido en la tribuna: estudiantes, trabajadores, docentes, religiosos de diferentes partes del país para la gala del Festival Internacional Viva Venezuela.
Y entró primero con su voz. Harranting. Para alentar y elevar lo que llamó «la nación» cuando se embarcó en la gran misión Viva Venezuela. Pasó por dicha manga acompañado de su esposa Cilia Flores. “Buen día Venezuela, viva Venezuela…” gritó el mandatario alabando el Día del Afrovenezolano y dando la bienvenida a artistas legendarios que ofrecieron un mosaico musical conformado por Anciedad, Café Moliendo, Caballo Viejo, Coplas, María Antonia, Quién. Black Like Me fue interpretado por Lilia Vera, Gualberto Ibarreto, Ivan Pérez Rossi, Francisco Pacheco, Sol Musset y otros, hasta terminar con Guyana Es.
Para no quedarse atrás, Maduro invocó el “espíritu inmortal de Alí Primera” y cantó una canción dedicada a “Reverón/titiritero/Reverón/titiritero”.
Maduro recordó que cuando lanzó la Gran Misión de Viva Venezuela dijo a los fieles «ir por lo más grande». Y los recordó este viernes, al ver el Estadio Monumental desbordado «en manos de la cultura venezolana».
En sus discursos públicos, el Presidente dijo ayer que no le gustaba la palabra «folclore» para describir todas las actuaciones que se realizaban en el escenario central organizado en el Monumental. Prefiere una lengua más criolla como «cultura popular», «cultura nacional».
El presidente habló mientras caminaba por el escenario. Permaneció en silencio y saludó a los hermanos de la patria, a los escolares, a los estudiantes de secundaria y a las señoras. «Estamos construyendo una base sólida de identidad nacional», dijo después de entrevistarse con un representante de los pueblos indígenas. Luego de practicar la ola con el público, Maduro llamó a su esposa: «Kilia, ven para acá». La tomó de la mano y finalizó su discurso anunciando que el festival se realizará en diferentes lugares (al aire libre y bajo techo) en todos los municipios de Venezuela. “Venezuela con nombre de confirmación… Se abrió el festival…”
En una larga etapa posterior a su regreso, Maduro saludó a las señoras, a los lugareños, y luego extendió la mano para tocar uno de los tambores que usaban los tamunengueros que rezaban a San Antonio. Antes, había agitado un par de maracas junto a uno de los quarterbacks. Abandonó el escenario y permitió que los cantantes de Lara continuaran con su actuación. Caminó desde el interior del escenario hasta el camerino donde se encontraban los artistas. En el camino se topó con la viuda de Alí Primera, Sol Mouset, y su hijo Sandino, y aprovechó para tomarse una foto con el jefe de Estado.
Al llegar al camerino de los artistas, el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, abrió el telón. «Vale la pena esperar», dijo Villegas a la multitud, que incluía a Cristóbal Jiménez, Vidal Colmenares, Iván Pérez Rosi y el arpista Ubaldo Pérez. Entre muchas fotos y abrazos, el ministro Villegas se dirigió al presidente con Mitiliano Díaz, nacido en Catá (Aragua), autor de la canción Viva Venezuela, popularizada por la banda Un Solo Pueblo en los años 80. Maduro conversó largo rato con el compositor, lo abrazó y luego cantaron junto al coro la famosa canción.
Al salir del camerino, Maduro preguntó por Gualberto Ibarreto, quien minutos antes había cantado en el mosaico inicial. El ministro de Cultura empezó a buscarlo con la mirada hasta que la hija de un cantante oriental lo trajo en silla de ruedas. Gualberto abrazó al presidente y lo saludó. Después de eso le preguntamos los detalles de la conversación. «El presidente me dijo que está orgulloso de lo que estamos haciendo», dijo Gualberto, con un sombrero de pescador oriental. María Antonia cantante Cuerpo Cobarde y Anhelante: «Me dijo que a pesar de mis años, siempre estuve activa en la ciudad».
A las 6:58, el grueso del público aún se encontraba en las gradas del Monumental, y fue cuando el ministro Ernesto Villegas subió al escenario para anunciar un show de drones que comenzó con luces y paneles jugando sobre el cielo caraqueño. pisotearon el nombre de Venezuela, lo que provocó un frenesí en la multitud. «Viva Venezuela, el Esequibo es nuestro», dijo la voz.
Desde el palco presidencial, Maduro observó una imagen drone de varias figuras icónicas de la música tradicional venezolana que hacen referencia a los ritmos de cada región, como el joropo llanero con su arpa, cuatro y maracas, o la mano zuliana dibujada con su tambor. furruco…entre otros.
En particular, se eligieron dos artistas para ingresar a esa constelación con drones. El artista plástico Armando Reverón, con sus muñecos y cuadros, vio la luz en su castillo de La Guaira, convirtiéndose en una de las primeras figuras religiosas de Venezuela reconocidas internacionalmente. Mientras la voz decía estas palabras, apareció en el cielo la gran barba de la muñeca «Juana La Gorda», mientras cantaba Alí Primera.
Fueron los segundos de fama de Reverón, producidos con tecnología china, los que culminaron cuando presentaron a otro artista homenajeado: Ali Primera con Canción Mansa para un Pueblo Bravo. Una figura llamada el cantor folclórico comenzó a tomar forma en el cielo tocando un cuatro. Por unos segundos en la Montaña Monumental se escucharon los poemas de Canción Mansa, conmocionando al público y silbando contra el presidente Maduro, quien observaba las llamas de su vecino Alí Primera.