El presidente francés, Emmanuel Macron, rompió este miércoles su silencio público de varios días y dijo que la reforma de las pensiones que aprobó por decreto debería estar en vigor «a finales de año», descartando cualquier posibilidad de volver a su propósito. , a pesar de que es resistida por los sindicatos, la oposición y gran parte de la población, lo que derivó en manifestaciones masivas y un llamamiento a la cancelación, aún por resolver.
También ratificó la confianza en la primera ministra Elisabeth Borne, pese al rechazo a la iniciativa que amplía la edad de jubilación.
A su vez, calificó de «sedicios» a los manifestantes que se han excedido en las protestas que se han producido contra la reforma desde mediados de enero, y que se recrudecieron después de que el presidente liberal decidiera quitar el decreto y no que fuera votado por el Parlamento.
En una entrevista televisada, en un tenso contexto político y social, esgrimió la necesidad de reformar el sistema de pensiones ante el déficit financiero acumulado, sugiriendo que no había otra salida que la asumida por el Gobierno, también cuestionado por el crecimiento. el período de cotización y eliminar los regímenes especiales de pensiones, asumiendo la «impopularidad» de la reforma.
Macron insistió en que subir la edad de jubilación a los 64 años es una medida «necesaria», aunque admitió que no le hace «feliz, y hubiera preferido no hacerlo».
«Si creen que soy feliz, la respuesta es no», dijo el presidente, quien acusó a «algunos» de tratar de abstraerse de la realidad.
Las palabras de Macron eran esperadas dado el escenario, marcado por protestas, paros que impactan en distintos sectores de la economía y un descontento entre opositores y sindicatos alimentado por la utilización del artículo 49.3 de la Constitución para aprobar la reforma sin el voto de la Asamblea Nacional, donde el partido de gobierno no tiene mayoría absoluta.
En cualquier caso, había muy poca expectativa en torno a una propuesta que calmaría los ánimos, y en ese sentido el Jefe de Estado respondió a los vaticinios de que no ofrecería nada, al contrario, reiteró su apoyo al Borne, que fue cerca de caer el lunes por una moción de censura derrotada por sólo nueve votos.
Las exigencias de dimisión del primer ministro se han incrementado en los últimos días tras su anuncio de la activación del 49.3 y el resultado estricto contra la moción multipartidista de devolver el Gobierno a la Asamblea.
Ante el clima tenso, y en vísperas de la novena movilización nacional de los sindicatos, Macron se ha propuesto pasar página y asumir su proyecto, aunque las fuerzas políticas de izquierda y los sindicatos afirman que tienen que seguir en la lucha para detener una retirada. reforma y una ampliación de la edad de jubilación de 62 a 64 años que el presidente espera ver aplicada antes de finales de 2023.
En este sentido, se mostró partidario de retomar el diálogo social sobre las condiciones de trabajo, la próxima reforma que perfila el Gobierno, y propuso la medida para establecer una contribución excepcional a las superganancias de las grandes empresas, aclarando que no se trata de un impuesto ya que no demanda. algunos en Francia en tiempos de inflación y dificultades económicas.
De igual forma, prometió una gestión enfocada en la educación, la salud y la ecología, a las que calificó como pilares de la “sociedad del mejor vivir”.