El presidente de Brasil, Luiz Inácio da Silva, firmó este viernes la demarcación de seis territorios, como parte del proceso de reconocimiento de tierras indígenas paralizado en 2019 por el expresidente Jair Bolsonaro.
El decreto regulariza seis nuevas tierras indígenas en los estados de Acre, Alagoas, Amazonas, Ceará, Goiás y Rio Grande do Sul.
“Es un proceso que lleva tiempo, pero vamos a trabajar para que se demarquen la mayor cantidad posible de reservas indígenas. Si queremos alcanzar la deforestación cero para 2030, necesitamos el máximo de tierras demarcadas”, dijo el presidente Lula durante un reunión de representantes de los pueblos indígenas en Brasilia.
En su cuenta de Twitter publicó “Siempre un gran honor compartir espacios con el Cacique Raoni, quien representa una historia de resistencia de los pueblos indígenas”.
Los terrenos se extienden por unas 560.000 hectáreas y se suman a unos 600 resguardos indígenas ya reconocidos por el Estado, que tienen una superficie casi equivalente al 14% del territorio nacional, informa EFE.
No se han creado nuevas reservas bajo el mandato de Bolsonaro, quien antes de llegar al poder había prometido «no ceder un ápice» a los pueblos originarios.
Bajo la presidencia de Bolsonaro, la deforestación anual promedio ha aumentado en un 75% en comparación con la década anterior.
Sobre esta extensión de tierra, Lula remarcó en su discurso que “antes de la llegada de los portugueses (colonizadores), los pueblos indígenas ocupaban el 100% del territorio”.
Dijo que cerca del 90% de esas tierras son reservas ambientales determinadas por ley, pero Bolsonaro siempre ha impulsado políticas para promover la explotación de minerales y otras actividades económicas.
800 territorios en espera de regularización
En el acto, junto a Lula estaba el líder Raoni, de 93 años, quien desde hace décadas apoya la defensa de la Amazonía.
Raoni, en kayapó, una de las 247 lenguas indígenas que se hablan en Brasil, destacó que hay unos 800 territorios en espera de regularización.
De igual forma, Raoni pidió a Lula que se oponga al llamado Marco Provisional, una iniciativa que propone reconocer como tierras indígenas solo aquellas que fueron ocupadas por los pueblos originarios en 1988, cuando se promulgó la actual Constitución.
«Cientos de años antes de la Constitución, ya existíamos», dijo Raoni, a quien Bolsonaro acusó en 2019, frente a la Asamblea General de la ONU, de ser «utilizado por potencias extranjeras» que intentaron apoderarse de la Amazonía.
Según datos oficiales, los pueblos originarios en Brasil ocupan el 13,7% del territorio nacional, con 610 tierras indígenas, de las cuales 487 están aprobadas y ya protegidas.
De ese total, la gran mayoría se encuentra en la Amazonía brasileña, con 329 áreas delimitadas.