Este domingo fue el último encuentro de Luis Suárez con Gremio de Porto Alegre, despidiéndose el uruguayo de la mejor manera posible con un gol para la afición.
En un encuentro marcado por la emoción, así fue como el jugador se despidió de la camiseta del club brasileño.
El Pistolero aseguró que la realidad detrás de su actuación es el dolor que lo acompaña cada día debido a una artrosis en la rodilla que le dificulta jugar con su hijo.
En entrevista con el programa 100% Deporte de la radio Sport 890 de Uruguay, confesó la intensidad de la lesión y el tratamiento que requería antes de cada partido, admitiendo que su cuerpo le pedía un cambio.
«En la parte exterior de mi rodilla derecha tengo una hiperextensión que impide que mi rodilla se extienda. Fue un sobrante de la cirugía que me hicieron en 2020 en Barcelona», dijo.
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Suárez (36) quedará libre tras dejar el equipo de Porto Alegre en el que milita desde el pasado mes de enero.
Tras una carrera profesional que le ha llevado a los mejores equipos europeos como Liverpool, Barcelona y Atlético de Madrid.