El venezolano Luis Arráez ha escrito con tinta dorada una página más en la rica historia de las Grandes Ligas.
Al finalizar la temporada regular este domingo, ganó su tercer título de bateo consecutivo -segundo en la Liga Nacional- y con su tercer equipo diferente con promedio de .314; un hecho singular que refuerza aún más su condición de rey de la disciplina y el contacto. Tres coronas son ya argumentos más que suficientes para ratificarlo.
El juego no fue fácil para el nativo de los Padres de San Diego, quien luego de golpearse la rodilla corriendo hacia el plato hace una semana, claramente tenía un declive físico; Ayudó que haya jugado durante dos meses con una rotura de ligamento en uno de sus dedos.
La situación fue similar a la de 2022, incluso a la de 2023. En ambas campañas provocó dolor físico en la recta final. Y en esta ocasión hubo un minigolpe que, influenciado por los problemas físicos, le complicó todo al venezolano. Sin embargo, abandonó la carrera el fin de semana pasado para terminar, detrás del dominicano Marcell Ozuna y el japonés Shohei Ohtani.
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Ahora el nombre de Luis Arráez resuena con más fuerza en la historia del béisbol venezolano. Se suma a Miguel Cabrera como el único compatriota con tres títulos de bateo consecutivos (2011, 12′ y 13′). Al mismo tiempo, empata con José Altuve (2014, 16′ y 17′) y está a un galardón de volver a codearse con ‘Miggy’; este último entre los criollos con más coronas.
Es un amuleto y en un bateador con una rutina establecida.
Sin embargo, cabe señalar que cuando Nelson Cruz apadrinó al venezolano y se convirtió en su mentor hace unos años, entre las cosas que aprendió del dominicano fue a tener una «rutina clara». Año tras año vemos cómo Arráez trabaja, se cuida, se prepara para las temporadas, se adapta a cada turno durante los partidos y sigue un orden cronológico de hábitos. Incluso su racha de 141 apariciones en el plato es argumento más que suficiente para glorificar todo ese trabajo.
Dicho esto, no hay que pasar por alto que Arráez ha sido un amuleto para San Diego, tal como lo fue en 2023 para los Marlins. Ayudó a esos equipos a clasificarse para la postemporada manteniéndose fiel a su estilo de bateo.
De hecho, antes de su llegada este año al oeste de California, los Padres tenían un récord de 23-21. Con la presencia del venezolano lograron un récord de 69-47 cada vez que “La Regadera” salió a la cancha.