En febrero de 1964, más de 73 millones de espectadores siguieron con excesivo entusiasmo la actuación de Los Beatles en el Ed Sullivan Show. No había nadie en Estados Unidos que no conociera al Cuarteto de Liverpool, auténtico epicentro de la nueva revolución musical y social que se gestaba en todo el mundo y que culminó con el Primero de Mayo francés de 1968 en Saint-Denis, París.
La banda inició la llamada «Invasión Británica» en el norte del continente, conquista en la que fueron seguidos por grupos ingleses que, al menos en esos años, competían y compartían gusto popular entre ellos, Elvis Presley y el grupo Four. Estaciones.
Algo así ha ocurrido, aunque parezca fuera de tiempo, con el «fútbol». De inicio tibio, con sus promotores vistos por los empresarios deportivos estadounidenses como aventureros desarraigados, empezó a coger fuerza desde la llegada, a mediados de los años 70, de Pelé. Mientras en la radio sonaban «Love me do», Lady Madonna y «Yesterday», se podían escuchar los gritos de apoyo de los «supporters» del fútbol al brasileño en las canchas del país. Y entonces empezó a gestarse el movimiento que daría origen a la Major League Soccer, un circuito que ha cambiado la estructura del fútbol.
No hay dueños de equipos que organicen y ordenen todo, sino que es el propio circuito el que lo organiza todo. No hay primera ni segunda división y, por tanto, no hay descenso ni ascenso. Únicamente, y dependiendo de la ciudad que propone y sus condiciones económicas, se inscribe un equipo.
La mayor empezó en 1996 con 10 clubes, pero hoy, y qué crecimiento, tiene 29; 15 en la Conferencia Este y 14 en la Conferencia Oeste, y con serias intenciones de seguir creciendo. Aquel New York Cosmos fue tomado como punto de partida y por eso contrató a figuras famosas, aunque ya no vivieran sus mejores momentos: Pelé, Franz Beckenbauer, Giorgio Chinaglia, Carlos Alberto Torres fueron algunos de ellos. Hoy, para que la liga siga siendo vista además de su competitividad como un atractivo espectáculo publicitario, cuenta con Lionel Messi, Javier «Chicharito» Hernández y Luis Suárez.
Los estadounidenses siempre están dispuestos a hacerlo. La sabia y eficaz gestión publicitaria que los ha hecho únicos despierta la curiosidad en todo el mundo. El mayor es seguido en Europa con interés y con cierto enfado, ya que la estructura ha roto los viejos esquemas y propone una nueva visión del juego. Por supuesto, el fútbol no es lo suficientemente competitivo como el fútbol sudamericano o europeo, pero parece estar en el camino correcto.
Hace 60 años, el país del norte fue invadido por Los Beatles, quienes siguen tocando todos los días para personas de todas las edades. Hoy también esto ha sido conquistado, pero por un deporte que se entromete y colma los deseos y las enloquecidas ansiedades de millones de jóvenes descontentos.
Los años 60, ese intento…
Pero la Major League Soccer no fue el primer intento, aunque sí el más exitoso. En los años 1960, algunos futbolistas imprudentes intentaron llevar este deporte a cotas de importancia, pero la falta de apoyo del público en las gradas y en las pantallas de televisión provocó un estrepitoso fracaso. Luego, ya en los años 70, llegaron Cosmos y otros equipos, pero con un propósito diferente: todo era una prueba para abrir las compuertas y medir el nivel de aceptación.
Y ya, en 1993, año de su fundación, comenzó a florecer la liga, que hoy llama la atención por su organización y seriedad, contando con una cantidad de jugadores venezolanos en los equipos. Por supuesto, el éxito de su campeonato no ha estado ligado a su calidad; Sus equipos suelen ser superados en competencias internacionales, especialmente por los clubes mexicanos.