¿Crees que no hay discusión? El mejor fútbol lo reparten los cinco grandes círculos del fútbol europeo. En algunas temporadas España es la más granada, en otras predomina Inglaterra. Hay aficionados que mantienen la fe en la liga italiana, pero algunos alemanes fervientes dicen que no, que el mejor fútbol se juega en la Bundesliga.
Sin embargo, todavía hay quien afirma y dice que es en Francia donde está la crema. Y así, a medida que pasan los días y la polémica estalla en cada esquina, todavía no hay conclusión. Cada uno defiende su complot, porque también entran en juego sentimientos nacionalistas.
Sí, cinco campeonatos que son cubiertos por los medios, y que lucen sesgados hacia Brasil, México y Argentina: ¿no califican para pertenecer al cuadro de honor?…
Entonces los árabes entran en carrera con su liga profesional saudita y distorsionan todo el sagrado mercado europeo.
En el punto de las entradas, que también es una forma no tan sutil de «hackear», difunden su liga con Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Sadio Mané, y últimamente con las mañas de Neymar. Desde Riad se escuchan voces arrogantes que aseguran que el nuevo fútbol está dentro de esos límites, y que no habrá manera de detener el flujo de dinero y coraje.
Y además, que aún no han parado; Siguen apuntando con sus armas a objetivos codiciados por los «cinco grandes» europeos, especialmente el fútbol inglés. En estas tierras, como si hubieran visto monstruos medievales saltar los muros de un castillo, tiemblan ante una situación que nunca anticiparon.
Ahora intentan encontrar una manera legal de impedir que sus estrellas sigan la pista y el maravilloso perfume de la Eurocopa. Espera, dicen desde Arabia Saudí, que ahora empieza la sexta liga del mundo.
El fútbol recuerda ahora que no es la primera vez que pasa por una situación de peligro inminente. A finales de los 40, principios de los 50 se produjo el «atraco» cometido por los millonarios colombianos contra el River Plate en Buenos Aires. En su momento, atrajo a su vorágine a futbolistas de gran nivel, con el gran Alfredo Di Stéfano a la cabeza.
En aquellos días lejanos, la negociación se consideraba fraudulenta, escandalosa, a diferencia de la actual donde los árabes han puesto innumerables cantidades sobre la mesa y en las cuentas bancarias de los jugadores, incluso de los futbolistas, ya millonarios ante este nuevo huracán vestido. .. con hijab y abaya y con cara de globo, con óleo y plata como pancartas. Entonces los árabes no comen historias.
Te veo allí.