Aquella lluvia tomó a todos por sorpresa en 1969 y, a finales de octubre, la bulliciosa capital era una de las ciudades más de moda de América Latina. Había trabajo y dinero en Caracas y muchos abandonaron el pueblo para ir allí.
Era una tarde nublada, de los últimos días de octubre. La ciudad todavía sufrió la peor parte del terremoto de 1967 que mató y hirió a varias personas.
La víspera las nubes cubrían la capital así como otras ciudades cercanas, pero el este de Caracas lucía gris. El frío y la lluvia se hacían evidentes en las modestas casas, y el fuerte aguacero espantó a los caraqueños.
No era una mañana cualquiera ni un día que parecía pura lluvia y había ansiedad en la capital. Los niños se quedaron en casa y sólo unos pocos pudieron ir a trabajar.
Lluvia en la Gran Caracas
Petare, Palo Verde y otras zonas fueron declaradas en estado de emergencia ya que el aguacero cubrió toda el área metropolitana. Los ríos y arroyos comenzaron a reducir el agua con gran fuerza, la gente hacía todo lo posible para evitar cruzar las carreteras.
Los ríos y arroyos arrastraron muchos coches en varias calles. Especialmente en la entrada de la vía que va de Petare a Palo Verde en la provincia de Miranda.
Fue una de las situaciones más difíciles que enfrentó a finales de los años sesenta. Al día siguiente, la foto de portada apareció en la “portada” de aquel periódico de 1969.
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