En el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, que se celebra cada año el 21 de febrero, destacamos la vital importancia de estas lenguas para los pueblos indígenas no sólo como medio de comunicación, sino también como pilares fundacionales de su identidad cultural.
Para las comunidades locales, la lengua materna no es un medio de comunicación. Lo que define a una nación y la distingue de otras es el espíritu y la esencia de su cultura. A través de él se transmiten historias, tradiciones, valores y conocimientos ancestrales transmitidos de generación en generación.
Un derecho fundamental
La comunidad internacional ha reconocido la importancia de la lengua materna para las comunidades locales. El artículo 13 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, adoptada en 2007, establece el derecho de los pueblos indígenas a utilizar sus lenguas en todos los ámbitos de la vida pública y privada.
Iniciativas para protegerlos
En Venezuela se han implementado diversas iniciativas para proteger esta riqueza cultural. Entre ellos se escogen programas de educación intercultural bilingüe que intentan fortalecer el uso de las lenguas maternas en el ámbito educativo. Estos programas brindan a niños y niñas locales la oportunidad de aprender en su propio idioma y desarrollar sus habilidades lingüísticas en español.
Cabo Puerto Ayacucho conoció la presencia de al menos 10 nichos lingüísticos, 4 pueblos Bare, 2 Banivas, 1 Warekena, 1 Yekuana, 1 Uwottuja, 1 Yavarana. No se excluye la existencia de otros nichos establecidos por el Ministerio de Educación y el Instituto de Idiomas Nacionales.
Fortalecer las lenguas maternas
La lengua materna es un tesoro que debemos preservar. Es la clave de la sabiduría ancestral, la identidad cultural y la diversidad lingüística. Fortalecer las lenguas nativas fortalece la cultura local y con ella la riqueza y el futuro de Venezuela.
Contribuir a la defensa.
Al apoyar las iniciativas existentes y tomar acciones concretas, podemos contribuir a construir un futuro más justo y diverso para Venezuela, uno en el que las lenguas nativas resuenan con fuerza y vitalidad.