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El viernes, la Comisión Europea propuso imponer aranceles a las importaciones de trigo procedentes de Rusia y Bielorrusia en un intento de frenar los ingresos de Moscú y sus aliados y apaciguar a los agricultores que han estado protestando durante meses por las importaciones baratas.
Según la Comisión, los aranceles pretenden evitar el riesgo de que este grano desestabilice el mercado de la Unión Europea, limitar la capacidad de Rusia para financiar su guerra en Ucrania y detener su venta de grano robado en Ucrania.
Según la Comisión, se seguirá permitiendo el tránsito de cereales a través del bloque hacia otros países para no perturbar el suministro mundial.
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Los comerciantes del sector dijeron a principios de esta semana que los envíos rusos y bielorrusos al bloque eran bajos, especialmente en comparación con los de Ucrania, y que la imposición de aranceles era en gran medida simbólica.
Sin embargo, la Comisión observó que existía el riesgo de un aumento de las importaciones, ya que las exportaciones totales de trigo ruso habían aumentado de los 35 millones de toneladas habituales a 50 millones de toneladas.
Los aranceles serán de 95 euros (102,76 dólares) por tonelada para los cereales y del 50% para las oleaginosas. Pueden aplicarse sujeto a la aprobación de los gobiernos de la UE.
La propuesta se produjo mientras los líderes de la Unión Europea discutían la respuesta de la UE a las quejas de los agricultores sobre las normas ambientales y la suspensión de los aranceles a las importaciones agrícolas de Ucrania desde la invasión de Rusia en 2022.
Con información de La Prensa – Venezuela.