Cuatro túnicas ceremoniales y tres túnicas de trabajo conforman las vestimentas sagradas y místicas que porta la Virgen de Chiquinquirá, patrona de los zulianos, en esta nueva aparición ante su rebaño. El manto, accesorio fundamental en las imágenes iconográficas de la Virgen María, se presenta como un largo velo que cubre la imagen desde arriba y se extiende hasta el suelo, como todo lo relacionado con La Chinita.
El párroco de la basílica de Chiquinquirá, Nedward Andrade, declaró que cada uno fue producto de una catequesis viva, expresando el día a día de su rebaño y su fe en la Virgen de Chiquinquirá.
Desde los primeros mantos elaborados por las Hermanitas de los Pobres en Maiquetía en 1966, dedicados al centenario de su llegada a la ciudad guaireña, hasta los diseñados en 2020 con claros mensajes de oración por la pandemia que azota el planeta, las túnicas sagradas de La Chinita son un fiel reflejo del espíritu de amor y solidaridad. Durante las fiestas patronales de 2024, las obras de arte diseñadas para cubrir a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, siguen el canon de sus antecesores, con el toque de fe, de cada artista que las creó.
Togas y colores.
A lo largo de los años, azules, amarillos, verdes de la esperanza y fucsias han dominado el colorido universo que rodeó a la Virgen María durante su advocación chiquinquireña.
Los vestidos de este año para La Chinita fueron creados con las manos y dedicación de los reconocidos diseñadores Julio Mora, Nidal Nouaheid, Ángel Villasmil, Luis David Acosta, Rafael Tapia y Miriam Rodríguez, quienes crearon Estas obras de arte vestirán a Saintess del Saladillo durante las presentaciones programadas durante la fiesta patronal.
Son cuatro mantos ceremoniales “y tres fueron llevados por la Virgen durante la procesión por el lago en su camino de un municipio a otro y mientras subía y bajaba a su camarín”, reveló el padre Andrade.
125 años de la Consagración de Venezuela a la Eucaristía El altar es el tema que inspiró el fino hilo del manto que es develado y bendecido al inicio de la celebración por la patrona de los zulianos y que actualmente porta, dependiendo de este. ocasión, ante el entusiasmo de los creyentes.
Ritual.
Este manto sirvió para decorar el relicario de la Virgen de Chiquinquirá al descender del altar el 26 de octubre. Es de color blanco crema y su diseño está inspirado en la oración y la unidad, como una clara invitación, “eleva nuestro corazón hacia lo divino y fortalece los lazos que nos unen como comunidad de creyentes”, enfatizó el padre Andrade.
Se trata de una obra cuidadosamente elaborada, como homenaje a la Virgen en el día que vino a la tierra. Su diseño “evoca la imagen celestial de la Madre de Dios, quien se adorna como una estrella en el cielo nocturno y lleva consigo un mundo que simboliza la humanidad que protege”, enfatizó el sacerdote.
El diseñador Julio Mora ejecutó la pieza cortesía de la familia Reverol Dávila con bordados de cristales y perlas creando un conjunto sofisticado y estrellado.
Procesión parroquial.
La Túnica de los Peregrinos de la Esperanza es una obra inspirada en el Sínodo y para la iglesia, su diseño es un canto a la unidad, describe el diseñador Luis David Acosta. “La cruz multicolor, pieza central de la obra, simboliza la esperanza que nos une a todos, superando nuestras diferencias”, enfatizó.
“El bordado diseminado por toda la obra simboliza la red de un pescador, evocando así la misión misionera de la Iglesia que incluye a todos los pueblos y culturas. Los cinco continentes bordados en la tela verde esmeralda nos recuerdan que esta esperanza es universal y que llega a todos los rincones del planeta”, dijo Acosta.
Esta obra, cedida por la familia de Morales Morrel, será presentada por la Virgen el próximo 23 de noviembre.
Procesión de las auroras.
El vestido procesional de Aurora “está inspirado en la devoción. Aparece ante nuestros ojos como una imagen del paraíso. Rosa pálido, suave y delicado como un amanecer, envuelve a La Chinita en un aura de ternura y esperanza”, reveló el padre. La diseñadora Miriam Rodríguez señala que “en el centro, como un faro en medio de una tormenta, brilla un ancla dorada, símbolo inquebrantable de fe y confianza”.
Aseguró que “cristales como estrellas fugaces adornan cada centímetro de tela, irradiando una luz celestial que nos conecta con lo divino”. El manto ofrecido por los hermanos Mejía Ramírez y Mejía Araujo estuvo inspirado en el Año Santo 2025, como un canto a la alegría y la renovación espiritual.
Abrigo 18 de noviembre.
Nidal Nouaheid estuvo a cargo del diseño y confección del Escudo Procesional del 18 de Noviembre, “confeccionado para conmemorar un hito histórico en la devoción del pueblo venezolano, como lo es el 125 aniversario de la consagración de nuestro país a La Eucaristía”. Altar. Un rosa pálido suave con un toque de brillo sirve de fondo para el bordado que combina hilos de seda, cuentas y cristales”.
El manto ofrecido por el señor Ángel Villasmil y su familia, tiene como centro de la composición la custodia sobre la bandera venezolana y se alza bajo rosas y manos simbolizando la eternidad de María, Madre y La Guía, “quien nos lleva siempre a” Jesús en la Eucaristía”.
Bata de trabajo.
La Virgen de Chiquinquirá vestirá túnicas especiales. Durante la procesión en el lago, vestía una camisa del color del agua del mar, con el signo de esperanza de San Pablo: un ancla. Es ofrecido por la familia Atencio Atencio.
El diseñador Rafael Tapia creó la bata que se usará al subir al camerino, proporcionada por la familia de Santana Rodríguez e inspirada en la Eucaristía en el Altar.
Cuando salió del camerino llevaba un vestido que simbolizaba el cuerpo y la sangre de Cristo, confeccionado en encaje de oro rosa con perlas y cristales.
Hilados de telas azules, verdes y rosas, botones y pedrería honran a la patrona de los zulianos, quienes cantan al unísono y con alegría: “Gloria a ti, Quy Ella es pura”.