La violencia económica contra las mujeres es una forma «a menudo oculta e inmanejable» de violencia de género que es «tan dañina como la violencia física y puede someter a mujeres y niñas a un ciclo de humillación y desigualdad», advirtió el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. . Volker Türk.
Este viernes, el jefe de derechos humanos de Naciones Unidas abrió un debate sobre esta violencia económica en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, donde confirmó que 3.900 millones de mujeres -casi en todo el mundo- enfrentan barreras legales que afectan su participación en la economía.
Además, la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo del 23 por ciento (reciben 77 centavos por cada dólar que reciben), mientras que 92 países aún tienen que aprobar leyes que exijan la igualdad salarial para ambos sexos.
Por otro lado, «la brecha de ingresos entre todos los hombres y todas las mujeres sigue siendo de 100 billones de dólares a nivel mundial, lo que es una cantidad enorme», afirmó el alto comisionado al inicio del debate.
Restricciones para obtener dinero
Agregó que la violencia económica contra las mujeres comienza con «limitar su acceso al dinero, vigilar en qué lo gasta, asegurarse de que no pueda abrir una cuenta bancaria o tomar decisiones financieras».
Türk señaló que hay muchas mujeres que no pueden buscar trabajo, ni siquiera pueden ir a la escuela, no pueden administrar su salario y pensión y no pueden solicitar un préstamo.
«Todas estas formas de violencia económica se ven facilitadas por normas de género arcaicas que dictan que los hombres deben tomar decisiones financieras», afirmó la alta comisionada.
Estas restricciones a menudo comienzan dentro de la familia, «a menudo implicando violencia física o sexual entre sí», pero también pueden implementarse «a través de marcos legales discriminatorios que limitan el crédito, el empleo, la seguridad social o los derechos de propiedad de las mujeres».
En este sentido, el alto comisionado de Austria aseguró que el mundo necesita «una reforma completa de estas leyes y prácticas discriminatorias» que les dé un mayor acceso a un trabajo y una educación decentes y de calidad.
«La violencia contra las mujeres y las niñas en todas sus formas es aborrecible e imperdonable, ya que impide su participación plena e igualitaria en la sociedad, suprime su potencial y les priva de su capacidad de tener opciones y oportunidades».
También enfatizó que la violencia de género persiste debido a la «ubicuidad de prácticas generalizadas de masculinidad y feminidad tóxicas que no son específicas de ninguna cultura o religión en particular y provienen de mentalidades ancestrales que se conservan peligrosamente en todas partes».
Agencias
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