“La Guaira nunca más volverá a ser campeona mientras yo esté vivo. La culpa no la tienen los aficionados, los jugadores, los entrenadores, sino los directivos, decía Jesús «Chivita» Lezama a principios de este milenio.
Aunque pueda parecer una leyenda urbana, pues señalan lo que les pasó a los Boston Red Sox con Babe Ruth, cuando lo traspasaron a los Yankees; la de los Chicago White Sox, cuando algunos de sus jugadores fueron vendidos en 1919; y el de los Cachorros de Chicago y el hombre con su barba de chivo que no la dejó entrar al aún existente estadio Comiskey Park, no lo es.
En entrevistas concedidas a varios medios, incluido Últimas Noticias, hace más de una década, este señor fallecido a los 104 años el año pasado ratificó esta maldición sobre el equipo tiburón. Las periodistas Shirley Varnagy y Mari Pili Hernández también recordaron que «Chivita» explicó el motivo de la conspiración.
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El maleficio contra la directiva fue en 2010, cuando ambos noveneros vivían en el Universitario de Caracas. La jerarquía peluda (Luis Ávila) prohibió el ingreso a la samba guaireña cuando eran el club local.
Luego la junta escolar (Antonio Herrera) en su momento también prohibió la entrada, e incluso echaron a «Chivita» de un juego «como si fuera un delincuente» cuando estaba allí para apoyar a sus hijos de pelo largo.
Nacido en Tucupita, estado Delta Amacuro, “pero nacionalizado como caraqueño hace años”, señaló además que en su momento también dijo: “El dios Warao del delta los estaba castigando. ya no van a ganar