La leyenda del caballo sin cabeza se cuenta en las provincias de Anzoátegui, Miranda y Sucre. El sonido del metal colgado, como el ruido de las pisadas de un caballo, se dispersó en las noches silenciosas.
Como en las llanuras de estas instituciones del país, podría haber sido en la costa, donde se escuchaban pasos de caballos lejanos. Un hombre caminaba sobre una silla de la que colgaban varios trozos de metal y el ruido era escalofriante.
Cuenta la leyenda que su visión se prolongaba durante tres días con fiebre, por lo que en años pasados la gente huía a primera hora de la mañana. Muy pocas personas dormían afuera en hamacas porque sentían que algo caminaba por los lotes.
Habla de un hombre de pelo lacio, vestido con pantalón y camisa a rayas, que despierta a la gente con el sonido de los cascos de un caballo. Podían escuchar gruñidos o carraspeos en algunos lugares.
Lo han visto hechizando de noche en algunos lugares, donde, según se dice, hay entierros y riquezas de siglos atrás. Dicen que por donde camina un caballo, allí se entierra la riqueza.
La leyenda del caballo sin cabeza
Se ha visto al mismo jinete cabalgando en el aire, entre las nieblas que existen durante las noches de agosto y septiembre. Donde vieron al hombre en el frío que penetraba hasta los huesos hace unas décadas.
Se dice que hace siglos este hombre era el cuidador de esas zonas, pero pudo haber muerto. Incluso dicen que fue enterrado en la frontera de Miranda y Anzoátegui.
Regiones donde se cuentan muchas leyendas debido a la soledad que existía hace tan solo unas décadas. Otros dicen que mantener a la gente fuera de la tierra en estas partes del país es sólo un mito.
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