
La Corte Suprema bloqueó temporalmente el lunes una ley de Texas que permite a la policía detener y deportar a inmigrantes sospechosos de ingresar ilegalmente a Estados Unidos, la cual entrará en vigor el próximo domingo.
La orden, emitida por el juez conservador Samuel Alito, responde a una petición de emergencia presentada por la administración del presidente Joe Biden.
La ley aprobada por la legislatura de Texas el año pasado es una de las medidas antiinmigración más duras en la historia de Estados Unidos.
La semana pasada, un juez federal de Texas ya había retrasado la entrada en vigor de la medida después de que una demanda de varias organizaciones y del estado de El Paso, Texas, argumentara que la ley era inconstitucional porque los gobiernos locales carecían de autoridad para promulgarla. Acciones de inmigración del gobierno federal.
Sin embargo, el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito anuló la decisión del magistrado, llevando el juicio a última instancia.
Alito dio a los magistrados de la Corte Suprema hasta el 13 de marzo para decidir qué pasos tomar en esta nueva batalla legal entre Texas y la administración Biden.
La ley (SB 88-4) tipifica como delito menor que un ciudadano extranjero «ingrese o intente ingresar al Estado desde un país extranjero» de manera irregular. Este delito se convierte en delito grave y el infractor es castigado con hasta 20 años de prisión si reincide.
La iniciativa también permite a los tribunales estatales ordenar que personas sean expulsadas del país sin el debido proceso. Además, los agentes de policía podrán arrestar a cualquier persona sospechosa de ingresar ilegalmente al país y tendrán derecho a deportarlos a México en lugar de arrestarlos.
En una apelación de emergencia el lunes, la fiscal federal Elizabeth Prelogar argumentó que la SB 88-4 es «claramente inconsistente» con el precedente del tribunal superior.
«Estas decisiones reconocen que el poder de admitir y expulsar a no ciudadanos es una responsabilidad importante del gobierno nacional», escribió Prelogar en documentos judiciales citados por NBC.
El fiscal general de Texas, Ken Paxton, un republicano, dijo en un mensaje en X que lamentaba el cierre temporal pero advirtió que seguiría defendiendo la ley.
Por su parte, los demandantes, encabezados por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Texas, dijeron que la ley «discriminaría racialmente» en todo el estado, particularmente contra los hispanos.
«Instamos a la Corte Suprema a revocar la detención administrativa del tribunal de apelaciones y confirmar el fallo que bloqueó la entrada en vigor de esta dañina ley», dijeron organizaciones y defensores de inmigrantes.
Agencias