Los planes del manager de Tiburones de La Guaira, Oswaldo Guillén, era contar con su abridor Júnior Guerra para tres entradas. Sin embargo, quedó en 5.2 mientras su equipo lo respaldaba con la fuerte ofensiva que lo caracteriza para que el equipo salado fuera el único equipo invicto en las semifinales luego de cuatro jornadas de juego. Los Sharks tienen tres victorias.
Los primeros tres bateadores que enfrentó Guerra llevaron la pelota cada vez más lejos. Tomo Otosaka lo rodó en el área del lanzador. Alí Castillo siguió con elevado al jardín izquierdo y David Rodríguez abrió el marcador con jonrón.
Ésa fue la primera supuesta mala señal. Pero no fue así. Cierto espíritu en los antepasados de Guerra le recordó la jerarquía que lo llevó a las Grandes Ligas después de cumplir los treinta, y aunque permitió dos carreras más, hizo lo suficiente para reclamar la victoria.
El resto se sabe. Un jonrón de Yasiel Puig no sorprende. Tampoco sus tres carreras impulsadas. Wilson García es parte de los bombarderos Universitarios y tuvo una noche brillante y Leonardo Reginatto corrió mucho anotando en cuatro oportunidades.
Ahora le toca el sábado defender su imbatibilidad y el primer puesto ante Leones, su «rival moderno». Hasta ahora, a los Sharks les basta con tener un lanzamiento bastante aceptable mientras sus bateadores son responsables de las carreras. Registran 24 en tres partidos, ocho cada noche. ¿Quién puede soportarlo?
Cardenales todo mal vs Leones
Lara tuvo las oportunidades de conseguir su primer triunfo, pero dejó 14 corredores en base, 8 en posición de anotar, entre otros. Allí el crepúsculo perdió la oportunidad. Los Leones estuvieron a la caza en todo momento, manteniéndose cerca del marcador, especialmente en el último tercio del partido. Caracas forzó la entrada extra con el jonrón del relevista Gabriel Lino, preparando el escenario para dos entradas después.
Con la ventaja de campo en el Monumental, un error en la entrada 11 le dio al equipo melenudo la segunda victoria en entradas extras y en su campo. Esto, aunque los resultados sean favorables, puede indicar signos de fracaso, pero como dicen en el fútbol, »es mejor jugar mal y ganar que jugar bonito y perder».