Harris debe consolidar el apoyo de casi 4.000 delegados de estados, territorios y el Distrito de Columbia, además de más de 700 de los llamados superdelegados.
Ahora que el presidente Joe Biden puso fin a su campaña de reelección y respaldó a la vicepresidenta Kamala Harris, los demócratas se enfrentan a un cambio sin precedentes en este momento de un año electoral.
Los demócratas celebrarán su convención en Chicago del 19 al 22 de agosto. Lo que debería haber sido una coronación para Biden se está convirtiendo ahora en una contienda abierta en la que cerca de 4.700 delegados serán los encargados de elegir un nuevo abanderado para desafiar al republicano Donald Trump, informa AP.
El camino a seguir no es fácil ni obvio, incluso con el apoyo de Biden a Harris. Quedan preguntas sin respuesta sobre logística, dinero y consecuencias políticas.
Biden ganó todas las primarias y asambleas estatales a principios de este año, perdiendo sólo el territorio de Samoa Americana. Al menos 3.896 delegados se habían comprometido a apoyarlo.
Las reglas actuales del partido no permiten que Biden pase a otro candidato. Políticamente, sin embargo, es probable que su apoyo sea influyente.
Con la renuncia de Biden, los demócratas técnicamente están comenzando con una convención abierta, pero siendo realistas, su apoyo los está llevando a un territorio turbio, dice AP.
La carga inmediata recae sobre Harris, que debe consolidar el apoyo de casi 4.000 delegados de los estados, territorios y el Distrito de Columbia, además de más de 700 de los llamados superdelegados, que incluyen a líderes de partidos, algunos funcionarios electos y expresidentes. . y vicepresidentes.