El ejército israelí disparó por tercer día consecutivo contra la misión de cascos azules de la ONU estacionada en el sur del Líbano, dejando herido al quinto miembro de este componente.
Ante las críticas internacionales y las presiones de Francia, España e Italia, principales países que aportan tropas a esta misión de paz de la ONU, el gobierno israelí pidió al secretario general del organismo internacional que retire sus tropas para poder continuar su labor de «pacificación» de Militantes de Hezbolá, proceso en el que ya han matado a más de 2.200 civiles.
En este escenario, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusó este domingo a la misión de la ONU en el sur de Líbano (FPNUL) de ser «escudos humanos» del grupo chií Hezbolá, después de que cinco israelíes resultaran heridos por fuego en los últimos tres días.
La negativa a «evacuar a los soldados de la FPNUL los convierte en rehenes de Hezbolá. Esto pone en peligro sus vidas y las de nuestros soldados», afirmó el presidente en un mensaje por vídeo.
En su mensaje, dirigido directamente al secretario general de la ONU, António Guterres (que no tiene jurisdicción sobre la FPNUL, ya que la misión depende del Consejo de Seguridad), Netanyahu aseguró que Israel pidió en numerosas ocasiones la retirada de los cascos azules.
«Hemos recibido repetidos rechazos, todos destinados a proporcionar escudos humanos a los terroristas de Hezbolá», afirmó el presidente, frase que también utiliza para referirse a la población de Gaza o del Líbano, cada vez que el ejército israelí ataca la infraestructura civil.
Las fuerzas de paz se encuentran en el Líbano de conformidad con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a la guerra de 2006 entre Israel y Hezbollah.
En los últimos días, la FPNUL informó que cinco de sus soldados resultaron heridos en incidentes atribuidos a Israel, cuyo Ejército invadió el sur del Líbano hace casi dos semanas para luchar contra el grupo libanés.