«El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso, sin perder el entusiasmo.»
Los playoffs han sido espectaculares.
Creo que han entretenido al público, por la cantidad de jonrones, porque han bateado como desesperados, y por las maravillosas atrapadas en todos los juegos.
De eso se trata, entretenido y emocionante.
Pero la estrategia ya no existe. Los propietarios de equipos ahora pueden ahorrar en honorarios de gerente porque no los necesitan. Mándalos a casa y ordena a los chicos: «Saca la pelota y atrapa todo lo que golpeen los oponentes».
En muchas ocasiones faltan los hits y carreras, el robo de base y hasta el toque. No tengo espacio para señalar tantas cuestiones.
Pero una escena que no puedo evitar comentar es la de los Diamondbacks en el juego de anteayer.
Al final de la novena entrada, empatados a una carrera, alcanzaron al primer bateador.
Parecía lógico, inevitable, tocar la pelota, hacer carreras para dejar a los Filis en el campo en segunda, con un out.
Bueno, no hubo ningún contacto.
Aún más: otro corredor llegó a base, hombres en primera y segunda, sin outs, y el otro corredor con la carrera ganadora. Bunnen sirvió para evitar el doble play, llevando la carrera ganadora a tercera para anotar él mismo con carreras pisi.
Tampoco se tocaron. Tal vez borrachos, porque habían acertado ocho, los Filis tres. Quizás por eso y porque el paquete ya no se usa.
Los Diamondbacks ganaron, porque salió el noveno hit del club, y porque Dios ayude a los inocentes.
Y nadie dijo nada sobre eso, sobre cómo jugó el equipo de Phoenix en la última entrada. A todos les parecía un lujo correr el riesgo de perder la oportunidad de dejar a los Filis en el campo.
Sí, es cierto que lo consiguieron de todos modos, pero no de forma ortodoxa. No vayas a lo seguro.
Imagínense que ayer llamé a uno de sus entrenadores, los Diamondbacks, le pregunté por qué habían jugado así y le recordé que en su época como jugador hubiera tocado el balón en cualquier caso.
Lo escuché sonreír y lo oí decir:
«Juan: Ordenar ahora a uno de estos jugadores que toque el balón es insultarlos».
«Los corredores de casa conducen ‘Laborghinis’. El otro ‘Volkswagen’.
Es más divertido ver sacar el balón que tocarlo. Pero también es cierto que la ofensiva con toque siempre es mucho más segura.
Desafortunadamente, el designado puso fin a esto.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso a un lector como tú.