A pedido de la CIDH y por un presunto complot para asesinarlo, las autoridades han reforzado la seguridad para Bernardo Arévalo, presidente electo de Guatemala, quien asumirá el cargo el 14 de enero de 2024.
Bernardo Arévalo ganó la presidencia con la promesa de una lucha frontal contra la corrupción, evitando una serie de acciones de la fiscalía para excluirlo de la carrera presidencial.
El refuerzo de seguridad fue anunciado luego de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en Washington, exigiera a Guatemala «tomar las medidas necesarias para proteger» a Bernardo Arévalo y a la futura vicepresidenta Karin Herrera debido a amenazas. y «la existencia de dos intentos de planes» contra ellos.
En la declaración del gobierno, «Existen planes para atentar contra la vida de los acusados [de ambos] El 20 de agosto (…) se conoció, lo que de inmediato permitió realizar las coordinaciones necesarias con el Cuartel General de la PNC. [Policía Nacional Civil] para proporcionar mayores medidas de seguridad.
Arévalo causa «ansiedad» entre los corruptos
Por su parte, la Fiscalía General afirmó que «recibió advertencias e información sobre estructuras de bandas criminales que podrían poner en riesgo la vida de Arévalo» y por ello coordinó las medidas necesarias con la Policía.
La victoria del sociólogo y legislador socialdemócrata, que puso fin a 12 años de gobiernos de derecha, ha generado preocupación en los poderosos sectores público y privado acusados de corrupción.
Arévalo, visto como una esperanza de cambio en un país sumido en la pobreza, la violencia y la corrupción, obtuvo el 58% de los votos en la segunda vuelta contra la ex primera dama Sandra Torres (37%).
Torres, también socialdemócrata, era visto como candidato a la continuidad.
jov (afp, prensa libre, taz)/DW News