Desde la madrugada del 2 de noviembre, Día de Todos los Difuntos, cientos de guaireños se reunieron en los cementerios de La Guaira para rendir homenaje a sus seres queridos fallecidos, llevando así a cabo una tradición que se mantiene vigente a través de los años.
Loren Medina y su hermana acudieron al cementerio de La Guaira para limpiar el santuario familiar. “Aquí descansan mi madre, mi padre y mis dos hermanos. La tradición familiar es venir cada 2 de noviembre a limpiar, poner flores y orar por ellos», compartió Loren mientras colocaba flores frescas en la tumba de su familia.
Los cementerios de La Guaira y Pariata son los más populares. La Alcaldía de la ciudad de Vargas desplegó personal en varios lugares para colaborar en la limpieza de algunas tumbas y el suministro de agua para las flores, facilitando a las familias el mantenimiento del espacio. Muchos visitantes trajeron sus propios baldes de agua para realizar la limpieza, mientras que otros compraron dos litros de agua por un dólar en la comunidad de Guanape, cerca del cementerio de La Guaira.
Las ventas de flores aumentaron significativamente, con precios que oscilaron entre $3 por ramos de margaritas y $5 por ramos de rosas y girasoles. “Hoy fue un día especial y las ventas fueron muy buenas en comparación con otros fines de semana”, comentó Laura Camacho, vendedora local, sobre el aumento de ventas.
Arnaldo Vielma, quien trabaja como triturador en el cementerio de La Guaira desde hace más de 20 años, dijo que la tradición de visitar las tumbas el 2 de noviembre sigue intacta. “La gente viene, aunque sea sólo con agua y jabón. “Algunas personas traen flores, otras no, pero siempre rezan por los que ya no están”, comentó, explicando que el precio de una simple estela con el nombre del difunto puede llegar a costar unos 50 dólares.
Los visitantes también destacan la limpieza y seguridad en el cementerio. “Noté que hay menos maleza y más personal en el cementerio, lo que nos da tranquilidad”, dijo María Liendo mientras limpiaba la tumba de su esposo en el cementerio de Pariata.