El ministro de Economía y candidato a la presidencia de Argentina, Sergio Massa, anunció este viernes que a las 17:30 hora local (20:30 GMT) se iniciará el paro del transporte que afectó al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y seis provincias. terminar todo el día del país, para continuar la negociación con las partes el próximo lunes.
“Queremos que todo sea fruto del consenso y el diálogo y no de la extorsión”, dijo Massa, en un vídeo publicado por sus voceros, en la cabecera de una mesa donde estaba sentado el ministro de Transportes, Diego Giuliano; la ministra de Trabajo, Raquel Kismer de Olmos, dirigentes sindicales y empresarios del sector.
Massa afirmó que en la negociación de hoy se firmó el acta conjunta para reconocer la actualización salarial de los trabajadores de buses, que se había pactado en su momento entre las fletamentos de transporte y laborales, sin intervención privada, y que desató el conflicto.
Las empresas no reconocieron el aumento salarial y declararon que el dinero transferido por el Estado no alcanzaba para cubrir estos aumentos salariales, por lo que los empleados iniciaron una «retención de trabajo», según lo llamó la Unión de Tranvías Automotores (UTA), que estaba paralizando. gran parte del país.
La medida de fuerza afectó a 4 millones de usuarios, dijo Massa.
Massa adelantó que a partir del próximo lunes se creará un grupo de trabajo con las empresas para «encontrar soluciones a los problemas que tienen las empresas» en el transporte, como el costo de importar las renovaciones de techos, el costo del combustible y la carga.
“Nunca más la gente será rehén de un conflicto de dinero entre las empresas y el Estado”, pidió Massa, en campaña electoral del oficialismo para las elecciones presidenciales de este año.
El sistema de transporte público de pasajeros funciona porque el Estado cubre el 85 % de los costos de las empresas con un sistema de transferencia de subsidio público y el resto con lo que pagan los pasajeros, en un país donde la inflación supera el 114 %.
La medida de fuerza afectó a la capital del país y su conurbano en la periferia de Buenos Aires, la ciudad de La Plata (capital de la provincia de Buenos Aires) y las provincias de Corrientes (noreste), Entre Ríos (noreste), Santa Fe. (noreste), Formosa (norte), Misiones (norte) y Tucumán (noroeste).
Antes de la reunión, Massa había tratado a los empresarios como «parásitos del Estado en busca de extorsión» en busca de «rentabilidad» para sus ganancias, pero en una rueda de prensa posterior a la huelga, las partes suavizaron el tono.